domingo, 27 de julio de 2014

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Jorge Bucay

     La corneja es un pajarraco de la familia del cuervo, como él, de plumas negras y poco vistosas. Cuentan que el dios Zeus cierta vez, supongo que de puro aburrido, pretendió elegir a la más bella de las aves que existían. Claramente la corneja tenía todas las de perder, por lo tanto se dedicó a buscar por el bosque las plumas más vistosas que hubieran perdido sus congéneres pájaros. Se vistió entonces con las plumas ajenas de modo que no se vieran sus anodinas plumas negras. Don Zeus quedó maravillado de la multiplicidad de colores, brillos y formas de las plumas de la corneja y a punto estaba de proclamarla la más bella de las aves cuando las demás se percataron de la estafa y le arrancaron el plumaje apócrifo. La corneja finalmente fue descalificada del concurso quedando tan falta de gracia como siempre. La historia mitológica no consigna quien fue la ganadora del certamen pero en cambio acuñó mediante este engaño un símbolo para aquel que roba la propiedad ajena y la presenta como propia. A partir de esta historia la corneja se ha convertido en el símbolo del plagio, copiar obras ajenas y presentarlas como propias según la definición del diccionario, y es casualmente el tema que Bombilla Tapada va a tratar hoy.

      A veces es muy difícil acusar a alguien abiertamente de plagio. Es que las ideas, las historias y los argumentos suelen parecerse con suma frecuencia. Cualquier amor contrariado es en el fondo Romeo y Julieta. Todos las historias épicas que incluyan un viaje lejano se parecen al Señor de los Anillos y todos los detectives literarios tienen parecido con Sherlock Holmes. Ocurre que otras veces, bueno, el parecido es tan visible que es difícil sostener que una historia no ha sido inspirada por la otra y aún lisa y llanamente robada. Pasen por aquí, pero antes lean la primera estrofa de un bonito poema que acabo de componer:




Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable
un imposible espacio de reflejos (*)

      Traducir suele ser un trabajo tedioso y caro. No es sólo trasladar las palabras de un idioma a otro sino lograr que lo escrito originalmente guarde el sentido, la carga dramática o poética mientras es leído por alguien que no comparte el idioma del autor. Por lo general a los costos de derechos, impresión y demás, en el caso de obras en idioma extranjero, es necesario agregarle el costo de la traducción, que no es poco. Y más aún si la obra original ha sido escrita hace algunos siglos con la consecuente corrección y anotaciones acerca de formas idiomáticas y comportamientos o costumbres sociales desaparecidas. Sin embargo, a principios del siglo XX (1915 - 1916) la española editorial Prometeo decidió poner a la venta las obras completas de Shakespeare a precios populares. 36 libros de la obra dramática del escritor inglés al alcance de cualquier bolsillo. La traducción estuvo a cargo de un tal R. Martinez Lafuente y todo estuvo en su lugar hasta 2010, año en que Inmaculada Serón, una profesora de Traducción Especializada se decidió a realizar su tesis doctoral. Inmaculada descubrió que las traducciones de editorial Prometeo se parecían sospechosamente a las ediciones de la colección Nacente del siglo XIX. Es decir: omitían las mismas partes del original, utilizaban los mismos sinónimos, explicaban con las mismas palabras los mismos pasajes que necesitaban anotaciones. La profesora Serón no tenía dudas de que estaba frente a un plagio, pero de traducción. Se puso a buscar entonces antecedentes (o consecuentes) del tal R. Martinez Lafuente. Y no encontró nada. Ni antes de eso, ni después de eso, el desconocido traductor Martinez Lafuente parecía haber trabajado en ningún texto que se hubiera publicado.

      Una casualidad la llevó a toparse con unas cartas que Vicente Blasco Ibáñez se había intercambiado con Francisco Sempere, dueño de la editorial Prometeo y editor principal de don Vicente. Vicente Blasco Ibáñes es autor de, entre otras obras, Sangre y Arena o Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, ambas llevadas a la pantalla grande como guiones de exitosas películas. La mención en las cartas de las traducciones de Shakespeare y ciertos llamativo datos recopilados por Inmaculada la llevaron a la conclusión de que el plagiador no era otro que don Blasco Ibáñez en la piel de un falso traductor Martinez Lafuente que nunca existió.



      Ana Rosa Quintana es una presentadora de la televisión de España muy exitosa. Su especialidad son los programas de primera hora de la tarde donde se presentan testimonios de personas que la están pasando mucho peor que uno. Por allí desfilan engañados, desdichados, agredidos y abandonados. En el año 2000 sorprendió con sus dotes de escritora, publicando un libro de relatos por intermedio de la prestigiosa editorial Planeta llamado Sabor a Hiel. La presentadora del libro, el día que salió a la venta, fue la misma esposa del por entonces presidente de España José María Aznar. Rápidamente se convirtió en un éxito con 100.000 ejemplares vendidos. Las alarmas comenzaron a sonar cuando alguien con buena memoria, descubrió que párrafos completos eran copia textual de sus homólogos del libro Álbum de Familia de Danielle Steel. Ana pidió disculpas y atribuyó la copia a un error involuntario. Planeta retiró los libros de las librerías y efectuó una nueva tirada con las correcciones del caso. Poco tiempo después, la revista Interviú descubrió párrafos y/o páginas enteras del libro copiadas de Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta y del famosísimo El pájaro canta hasta morir. La editorial Planeta retiró definitivamente el libro de la venta y Ana Quintana no volvió a reincidir en sus intentos literarios.

      Desde 1960 hasta 1970 un cuarteto de señoritas de color, negro (plagio de mi parte a Les Luthiers) formaron un grupo llamado The Chiffons. En 1963 un tal Ronnie Mack compuso para ellas un tema llamado He´s so fine que llegó al número uno de los rankings norteamericanos. Fue el único éxito que registra su carrera. Del otro lado del Atlántico, el inglés George Harrison componía en 1970 My Sweet Lord. El tema no sólo llegó al numero uno del ranking inglés sino también al australiano, al suizo, al alemán y al norteamericano, entre otros.



      Los parecidos entre ambos temas son tan evidentes que la compañía Bright Tunes, dueña de los derechos de The Chiffons le inició una demanda a Harrison por plagio. El británico adujo que sufrió lo que algunas escuelas psicológicas llaman Criptomnesia, es decir un recuerdo oculto que de repente aflora sin que uno supiera que lo tenía. La justicia no opinó lo mismo. Ronnie Mack recibió las 2 terceras partes de los derechos de autor de My Sweet Lord/ He´s so fine. Aquí debajo está el link que los conduce a un pequeño video donde se comparan ambos temas, como para que no queden dudas.


      Para terminar, un plagio que me molesta mucho y que quizá ha sido el disparador de la idea de escribir el presente post. Me molesta porque soy un gran admirador de la obra de ambos plagiados (si, se trata de un robo múltiple) y me ofusca que alguien con escaso o nulo talento goce del reconocimiento público tomando prestadas sin permiso (plagiando) las ideas ajenas.

      Uno de los damnificados es padre de una obra que ha sido traducida a 26 idiomas. El otro fue dibujante, humorista y escritor 3 novelas y 15 libros de cuentos. Ambos cuentan con mi mayor respeto y estima.

      El plagiador es un mediocre dibujante, amparado tras un único personaje sospechosamente parecido a otro creado en 1978 por otro dibujante llamado Jim Davis.

     El plagiador se llama Cristian Dzwonik y se hace llamar Nik. Los plagiados son el maestro Quino y su Mafalda y el genio de Roberto Fontanarrosa y su personaje Inodoro Pereyra. Lo que yo pueda escribir no agrega mucho a las imágenes que están aquí debajo.

     Me voy yendo. He quedado bastante enojado como para seguir con el post. Sólo les dejo una de mis frases al respecto:

"Un escritor original no es aquel que no imita a nadie sino aquel a quien nadie puede imitar"(**)

Que anden bien

(*)Debo admitirlo. La estrofa no es mía sino de un tal Borges
(**) La frase tampoco es mía sino de Francois Chateaubriand








domingo, 20 de julio de 2014

Los Tasaday: La tribu de la edad de piedra que duró 4 años

      Como quien sabe que hay viento porque ve las hojas de los árboles moverse a través de la ventana, muchas disciplinas científicas están obligadas a construir sus postulados mediante indicios indirectos. Así nadie ha visto un átomo hecho y derecho y mucho menos un electrón, pero los físicos pueden intuir su presencia mediante las señales que va dejando por ahí. La paleontología jamás tuvo en sus manos un dinosaurio vivo (mal que le pese a Susana) y debe reconstruir su modo de andar, sus hábitos alimentarios y su posible color mediante señales que fueron dejando sus huesos fosilizados. La arqueología, por su parte, recrea hábitos, costumbres y tareas humanas del mismo modo. Los restos de una hoguera enterrada, deshechos en una cueva, tumbas en las que se perciben vestigios de rituales funerarios dan a los arqueólogos material suficiente para construir el estilo de vida de una sociedad entera que se desarrolló hace quizá miles de años.

      Pero resulta que de vez en cuando, aparecen oportunidades que sacuden al mundo científico. Por ejemplo en 2010, en Siberia, se encontró el cadáver congelado de un mamut completo, con pelos y contenido gástrico intacto. Se sospecha que el buen estado del bicho, de unos 39.000 años de antigüedad, permitirá en algún futuro que podamos ver un mamut vivo mediante el procedimiento de clonación. Sin embargo estos hallazgos son extremadamente raros y normalmente en científico tiene que conformarse con lo que hay. Bombilla Tapada presenta hoy un caso, que como todos los que nos gustan, empieza bien y termina mal. La cosa viene de antropología y edad de piedra y transcurre en Filipinas. Aplíquense la vacuna contra la malaria y vayan subiendo. 

      Luego de una carrera política como diputado y senador a Ferdinand Edralin Marcos se le ocurrió que lo mejor que le podría pasar, por lo menos a él, era ser presidente de las Filipinas. Se postuló en 1965 y ganó y mediante modificaciones legales y no tanto se quedó con el cargo hasta 1986. En esos escasos 21 años junto con su mujer Imelda Marcos (abreviatura del nombre real: Imelda Remedios Visitación Romuáldez Trinidad) juntaron unos modestos 35.000 millones de dólares de fortuna personal de origen cuanto menos sospechoso. Por supuesto, nadie puede perpetuarse en el poder durante 21 años sin llamar a elecciones sin cometer todo tipo de atrocidades . Los Marcos no fueron la excepción. Gobernaron Filipinas militarizando el gobierno y eliminando a sus opositores De hecho, luego de que la comunidad internacional presionara lo suficiente como para que Ferdinand se viera obligado a llamar a elecciones ganó Corazón Aquino, viuda de Benigno Aquino, un opositor asesinado en el aeropuerto de Manila por esbirros de Marcos, cuando éste volvía de su exilio en 1983. Todo este párrafo tiene por objeto ubicar en tiempo y espacio la historia que vamos a relatar.

      Como Filipinas es un país completamente insular, existen múltiples pueblos distintos con sus diferentes costumbres y sus diferentes dialectos viviendo casi aislados en las pequeñas islas que conforman el país. Manuel Elizalde era en los años 70 un funcionario estatal encargado de los derechos de las minorías étnicas quien en 1972 hizo un anuncio sorprendente. En la isla de Mindanao existía un pueblo aislado del contacto con el resto de la humanidad que vivía aún en la misma Edad de Piedra. Se llamaban Tasaday y eran una pequeña tribu de unas 26 personas. Vivían en cavernas, no conocían el tejido y por ende desconocían la ropa, no practicaban la agricultura. Recolectaban lo que la naturaleza les brindaba y eran tan pacíficos que su lenguaje no incluía palabras como "guerra" o tan siquiera "enemigo". El sueño de cualquier antropólogo o arqueólogo. 

     Inmediatamente comenzaron a llover los pedidos de todas las universidades del mundo que tuvieran en su currícula la carrera de antropología. Elizalde administraba los permisos de manera discrecional. Únicamente se podía acceder a los territorios Tasaday por helicóptero y con la autorización expresa de el mismo Elizalde. Se dispuso un cerco de soldados armados para evitar el ingreso de personas no autorizadas. El gobierno de Marcos, acusado por este entonces de graves violaciones a los Derechos Humanos recibió una pátina de bondad al percibirlo como protector de minorías desprotegidas y vulnerables. Manuel Elizalde creó una fundación que tuvo por objeto preservar, estudiar y proteger el medio de los Tasaday y recibió donaciones de todo el mundo. 

      Uno de los permisos que Elizalde otorgó fue a la National Geographic Society. La prestigiosa compañía filmó un documental y publicó un exitoso libro al respecto de los Tasaday. La descripción de sus costumbres comenzó a llamar la atención de algunos estudiosos. Por ejemplo la ausencia de tumbas o monumento funerario alguno. ¿Como hacían en una sociedad tan pequeña para evitar la endogamia? Si la dieta descripta fuera cierta: frutos silvestres, raices, renacuajos y larvas, los Tasaday sufrirían una seria desnutrición cubriendo solo el 30% de sus necesidades energéticas. Elizalde comenzó a retacear los permisos de visita aduciendo que el contacto habitual con el hombre civilizado terminaría por corromper el estilo de vida natural de la tribu. En 1976 definitivamente se anunció que no se entregaría ningún permiso más para permitir que los Tasaday siguieran adelante su vida sin alteraciones. La fundación siguió de todas maneras recibiendo apoyos y, fundamentalmente, donaciones.

       Casi todo el mundo se había olvidado de los Tasaday pero cuando, como comentamos antes, cayó el gobierno de Ferdinand Marcos, el antropólogo suizo Oswald Iten se acordó. Y sin pedir permiso a nadie, dado que ya no hacía falta, se metió en el territorio Tasaday en Mindanao. Llevó como acompañante además de a un periodista a Galang Tikaw un miembro de la cercana tribu T´boli que si bien no hablaba Tasaday les serviría para romper el hielo inicial. 

      Lo primero que llamó la atención de Iten fue que, desembarcando en Mindanao, la zona Tasaday se encontraba a solo 3 horas de caminata desde una moderna ciudad poblada. Si él podía hacer el viaje de ida, cualquier Tasaday podía haber hecho el camino inverso y "descubrir" la civilización. 

      Lo segundo que llamó la atención de Oswald fue que las cuevas estaban vacías. No solo eso, estaban vacías y libres de toda huella humana. No había basura, ni restos de fogatas ni nada que denotara que habían estado habitadas desde hacía mucho tiempo.

      Y finalmente lo tercero que llamó la atención del antropólogo Oswald Iten, fue el hallazgo de unas cabañas cercanas donde definitivamente vivían los supuestos Tasaday. Es más, dos de ellos mantuvieron sin problemas diálogo con él mediante Galang (al fin y al cabo el idioma Tasaday no era demasiado distinto del de los dialectos hablados en islas cercanas). Por último, lo que terminó por convencer a Iten de que estaba frente a un gigantesco fraude fue que los Tasaday ya no andaban más desnudos. Vestían jeans Levis




      La cadena ABC rodó entonces un nuevo documental: "La tribu que nunca fue". Los nativos confesaron al equipo de filmación que todo había sido una farsa. La puesta en escena había corrido por cuenta de Elizalde.  Si, eran una tribu que vivían medianamente aislada en la isla. Solían vivir mayormente desnudos pero no por desconocimiento de la existencia de tejidos sino por falta de dinero para comprarlo. Cuando no recibían visitas tenían intercambio de bienes con otras poblaciones cercanas. 

      Y así, unos cuantos antropólogos tuvieron su momento de gloria. El gobierno filipino ganó algo de prestigio acerca de la buena gestión y defensa de las minorías étnicas. Los únicos que siguieron tan pobres y aislados como siempre fueron nuestros Tasaday. Olvidaba mencionar que Manuel Elizalde escapó con todo el dinero de la fundación que presidía rumbo a Costa Rica, como suele ser habitual en estos casos. Murió en 1997.

       Así entonces seguirá siendo tarea de los arqueólogos deducir de que iba la cosa con nuestros antepasados pica piedras o habrá que seguir buscando. La próxima vez que vayan a un bosque o si el pasto y las plantas están lo suficientemente crecidas en sus jardines revisen detrás a ver si no hay dos verdaderos Tasaday pretendiendo hacer fuego con dos pedernales.

Que anden bien





domingo, 6 de julio de 2014

Un post por izquierda. Las desventajas de ser zurdo

       Afortunadamente vivimos en una época en la que el mundo civilizado parece haber despertado a la necesidad de asegurar los derechos civiles de casi todas las minorías. Así se reivindica la propiedad de la tierra para con sus antiguos y ancestrales dueños, reconociendo ese derecho a los llamados pueblos originarios. Las obras sociales y prepagas están obligadas a reconocer como gasto medico ciertos alimentos modificados que son indispensables para la correcta nutrición en el caso de padecer enfermedades muy específicas, reconociendo ese derecho a la minoría que las padece. Los gays y lesbianas no solo han adquirido el derecho a casarse ante la ley sino que ya pueden adoptar niños convirtiéndose en padres de pleno derecho. Con inocultable entusiasmo saludamos desde aquí todas esas iniciativas que impulsan a los países, regiones y al mundo todo hacia un comportamiento más justo y más humano en definitiva.

      Nuestra función, sin embargo, no es ser blandos y condescendientes sino todo lo contrario. Nos guía una firme vocación de servicio que no se detiene a besar la mano del poderoso sino que se juega, la vida si es necesario, en la búsqueda de la verdad y la justicia. 

     Hay una minoría injustamente apartada de estos beneficios que brinda la modernidad. Los políticos se han olvidado de ellos. Las leyes no los tienen en cuenta. Forman parte del 10% de la población. Viajan junto a vos en el transporte público. Estudian en tu mismo colegio. Trabajan en el escritorio de al lado del tuyo. Viven innumerables dificultades. El idioma los desprecia. Los diseñadores industriales no los consideran. Yo mismo pertenezco a esa bastardeada minoría. Hablo, señores digámoslo de una vez, de los zurdos.

      La ciencia no se pone de acuerdo acerca de que factor nos ha hecho zurdos. Algunos sostienen que un exceso de testosterona durante la gestación nos convirtió en tales. Otros abonan justificaciones geográficas o culturales. Sin embargo suele ocurrir que dentro de una familia haya más de un zurdo en línea de sangre, por lo que toma fuerza la teoría de la influencia genética. En fecha reciente se han encontrado 2 genes que parecen ser los responsables. El LRRMT1 y el PCSK6 parecen tener la culpa de un desarrollo asimétrico que daría o bien diestros o bien zurdos. 

      Mientras tanto, la vida del zurdo es poco menos que un infierno. Por empezar, me siento obligado a utilizar el mouse de la computadora donde esto escribo con mi mano menos hábil. Durante nuestra más tierna infancia se nos impulsa a utilizar demoníacas lapiceras de pluma de modo que, al escribir de izquierda a derecha, nuestro puño y antebrazo pasara por sobre lo recién escrito provocando no pocos manchones (y reprimendas por culpa de nuestra inevitable supuesta desprolijidad). Más aún; llevamos adelante nuestro cometido apoyando nuestras hojas sobre un pupitre que tiene su mesa sobre la derecha obligándonos a molestas contorsiones a fin de que la lapicera y el cuaderno se encuentren. Guitarras, violines y la mayoría de los instrumentos de cuerda vienen en versión diestra. La pretensión de tocar la guitarra eléctrica por parte de un zurdo chocará, como mínimo, con que las cuerdas están en el orden inverso, la placa que protege al cuerpo principal de la guitarra de las raspaduras de la púa le quedará inutilmente arriba del mismo modo que el conector que la vincula con el amplificador. Me dirá usted, despreciable diestro, Jimmy Hendrix o Paul McCartney  son zurdos y no han tenido ninguna dificultad al respecto. Pues bien, yo no toco como ninguno de ellos ni tengo el dinero suficiente como para comprar una guitarra invertida, que los luthiers confeccionan a pedido. 

      Hoy ya casi son una rareza. Pero los teléfonos públicos llevaban el tubo a la izquierda. Esto que podría considerarse la única gentileza que han tenido para con nosotros los diseñadores industriales es casualmente todo lo contrario. El tubo del teléfono se maneja con la izquierda de modo que la derecha queda libre para anotar algún dato, por ejemplo. ¿Sos zurdo? Embromate. El cajero automático tiene la ranura para la inserción de la tarjeta del lado derecho. Las puertas tienen normalmente la cerradura de modo que la llave se utilice con la mano derecha. Las tijeras, cuyas manillas permiten poner el pulgar en una de ellas y por lo menos dos dedos (o los cuatro restantes) en la otra son para uso exclusivo de los diestros. 

      El sacacorchos nos gira para el lado en que menos fuerza tenemos. No es mi caso pero también tenemos dificultades a la hora de jugar golf. El frente sesgado del palo mira hacia los pies y no hacia la pelota. Si deseamos hacer tiro al blanco o revelarnos contra un mundo que no nos entiende, las armas semi automáticas escupen las vainas servidas hacia la derecha, estrellándonos un casquilo de metal candente en plena nariz. Las lijadoras, sierras y cepillos eléctricos están diseñados de modo que quien los utilice con la mano izquierda reciba todo el aserrín sobre su cara. Los zurdos australianos, ignoro su existencia pero sospecho que los hay, convierten cualquier boomerang en un palo común y corriente dado que este está diseñado para retornar solo si el lanzamiento se efectúa con la mano derecha. Se lo tienen merecido, por zurdos.

      Si los fabricantes de objetos varios nos tratan mal, el idioma no nos trata mejor. En castellano todo lo que tenga que ver con la izquierda como adjetivo simboliza lo mal hecho, lo ilegal. Peor aún con los términos heredados del latín. De ahí vienen las palabras diestra para la derecha y siniestra para la izquierda. Para una compañía de seguros un incendio, un accidente o una muerte es un siniestro, un izquierdo. Así como los filósofos zen en pantuflas nos recuerdan que en chino crisis y oportunidad se escriben con el mismo firulete la palabra zuo significa tanto izquierdo como impropio. 

      La religión tampoco nos trata mejor. En el mundo musulmán la mano izquierda es utilizada para la higiene de las partes pudendas luego de las deyecciones. Por lo tanto la zurda no debe utilizarse para ninguna otra cosa que para eso. Un zurdo que sea visto comiendo con su mano hábil sería considerado impuro. La Biblia indica que durante el Juicio Final, los salvados se ubicaran a la derecha del Señor y los condenados pecadores ¿A que no saben donde?. Si, a la izquierda. Por esa razón (y otras de igual profundidad de razonamiento) la Santa Inquisición ha quemado zurdos dado que ¿Que duda cabe que ser zurdo y tener trato con el Demonio son casi la misma cosa?

      De cualquier modo no les importó demasiado que tres de sus grandes proveedores de obras de arte: Miguel Angel, Leonardo y Rafael (no estoy hablando de las Tortugas Ninjas. No al menos esta vez) fueran zurdos. Del mismo modo que son zurdos los ya mencionados Jimmy Hendrix y Paul McCartney. Y también lo son el otro Beatle Ringo Starr y Bob Dylan y David Bowie y Robert Plant. Varios de los máximos deportistas argentinos son zurdos: Maradona, Messi, Vilas y Ginobili. 

      En el ámbito de la conducción Alejandro Magno y Mahatma Gandi (Bueno, Gandi mientras tuvo pelo) se peinaban con la izquierda. Del mismo modo que George Bush, Osama Bin Laden y Barack Obama. 

       Hay muchos zurdos famosos por lo visto. Quizá la mayor rareza de esta lista sea que tanto Napoleón Bonaparte como su amada Josefina de Beauharnais eran zurdos ambos constituyendo el único matrimonio famoso zurdo conocido. 

      Un pequeño chispazo de historia para terminar. Constituida la Asamblea de los Estados Generales, luego de la Revolución Francesa sus miembros se alinearon claramente en dos bandos. Los llamados Jacobinos (partidarios de hacer que la revolución llegue a fondo. De sostener la soberanía popular y el funcionamiento de la República) y los Girondinos algo más burgueses y conservadores. Estos últimos se sentaban a la derecha de la presidencia y los Jacobinos lo hacían a la izquierda. Toda vez que el presidente de la Asamblea daba la palabra a la izquierda surgían de allí las posturas más populares y radicalizadas. De allí que los partidos de esa orientación lleven por nombre genérico "izquierda".

      Nos lo ponen difícil. Nos hacen manchar las hojas. Nos queman en la hoguera por demoníacos. No nos dejan usar la tijera. Sin embargo los zurdos no hacemos más que sobresalir. Desde esta tribuna queremos saludar a una de las personas que me hacen sentir orgulloso de ser zurdo. Uno de los seres más buenos que se ha conocido y además que más se ha preocupado por los que usamos la mano izquierda al punto de hacer de ello su medio de vida. Nuestros respetos: Ned Flanders.

Que anden bien