Harto
de leer y ver noticias sobre la inseguridad que nos rodea y nos envuelve me
decidí por leer un libro de contenido absolutamente distante de las cuestiones
mundanas. Olvidada en medio de la biblioteca, de letras doradas sobre tapa de
cuerina azul, descansaba la Biblia. A
poco de comenzar, luego de las creaciones de rigor y manzana mediante, por un
motivo de lo más insignificante se produce el primer homicidio de la historia
de la joven humanidad. Un rato después Eva organiza la primera marcha en reclamo
de medidas ejemplares que fue todo un éxito dado que teniendo en cuenta que la Tierra tenía tan sólo 3
habitantes tras la muerte de Abel y con Caín prófugo, la marcha contó con la
adhesión del 66% de la población total. La envidia de cualquier falso ingeniero.
Fuera
de toda broma la violencia (sino de género, de especie) es tan antigua como la
humanidad misma y un mal con el que debemos convivir tratando de minimizar al
extremo sus efectos. La imposición de la propia voluntad por métodos violentos
pareciera ser condición humana. Quiero tu tierra, tu mujer, tu petróleo, tu
celular suena desde aquel mitológico tiempo de la creación hasta hoy.
Pero
no todo es desolación. Si bien es cierto que la humanidad inventó la
ametralladora y el misil también inventó la rueda y la maquinita de afeitar
descartable. Sin embargo una de las herramientas más poderosas que el hombre
tiene para resolver sus múltiples problemas es la matemática. La abstracción
matemática permite analizar un problema con independencia de consideraciones
ideológicas o de gustos personales y es allí a donde vamos.
El
homicidio es, de todos los delitos, el único que no puede dejar de registrarse.
Quizá una violación o un robo no queden asentados por la negativa de la víctima
a realizar la correspondiente denuncia en atención a múltiples razones. El
homicidio implica dar de baja al finado de las listas oficiales (registro
civil, padrones, pago de asignaciones estatales, etc.) y no hay modo en que no sea contado como tal.
Y entonces es cuando aparece la herramienta matemática. ¿Cuántos occisos de
manera violenta hay en cada país? Es una buena primera aproximación, pero no
sirve. Brasil tiene 193 millones de habitantes y Uruguay escasos 3,3 millones.
Atento a la humana vocación de solucionar todo a los tiros, es lógico que los
cariocas cuenten más ataúdes que los charrúas. Manejémoslo entonces de otro
modo. Buscando algo parecido a los porcentajes. Ocurre que afortunadamente
remitir cuantos amasijados hay cada 100 habitantes da un número extremadamente
pequeño, tenemos ganas de matarnos pero no tantas. Para llegar a que el número
tenga, al menos un dígito entero hay que multiplicar la tasa por 1000. Y
entonces nuestra referencia está completa. Cantidad de homicidios por cada
100.000 habitantes. Las cifras están recopiladas por la ONU con lo cual tenemos cierta
garantía de objetividad. Veamos entonces que nos dice la matemática.
La
lista es muy larga y, para quien quiera verla en toda su extensión aquí les
dejo el link: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_homicide_rate
En
principio habría que evitar por todos los medios posibles la invitación a unas
vacaciones en Honduras. Figura primero en la lista mundial con 91,6 asesinados
por cada 100.000 habitantes. Quinta en esta lista está la República Bolivariana
de Venezuela con un nada envidiable 45,1. En el puesto 15 aparece Colombia y
así. Hay que llegarse hasta el puesto 40 para encontrar al primer europeo; Groenladia
con 19,2. No, todavía Argentina no apareció. A partir del puesto 74 (Liberia)
las cifras bajan de los 2 dígitos a 1. Arañando el puesto 97 están nuestros
primo hermanos uruguayos con 5,9. No, todavía Argentina no apareció. Allí por
el puesto 109 nuestros amigos del Gran País del Norte (no, Bolivia no, EEUU)
con un cómodo 4,2. No, Argentina aún no apareció.
Ahora
sí. Para beneplácito de los caceroleantes llega Argentina en el puesto 119 con
un modesto 3,4. A título personal me encantaría que tuviéramos un bonito cero,
pero hay que resignarse a que dicha esperanza es imposible. Sería formidable
para todos, que ese número bajara lo más posible. Echemos una mirada a ver
quienes lo han logrado.
Por
debajo de los 2 homicidios por cada 100.000 habitantes se encuentran en su
mayoría los países europeos. Allí están
Eslovaquia con 1,7; Grecia con 1,5; Irlanda, Reino Unido y Portugal con
1,2. Francia y Holanda comparten el 1,1. España y Alemania el 0,8. Cierra la lista
“modestamente” Mónaco con 0.
Dejamos
las matemáticas por un rato (prometo volver) para jugar un poco con el sentido
común. Sacando el caso puntual de Mónaco, cuyos números responden más a
miniaturez geográfica que a otra cosa, estaría bueno ver que es lo que hace
Holanda o Alemania, que no hace Honduras o El Salvador. Los invito a dar otra
vuelta por las Naciones Unidas. El Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo elabora todos los años una estadística que lleva por nombre: Índice
de Desarrollo Humano. Las fórmulas de cálculo son bastante complejas (llevan
logaritmos y otras bellezas por el estilo) y para los que quieran verlas están
disponibles en http://es.wikipedia.org/wiki/índice_de_desarrollo_humano
Básicamente
es una ensalada de números que mezcla: esperanza de vida al nacer, tasa de
alfabetización, educación primaria, secundaria y superior, PBI per cápita e
índice de pobreza. Estos cálculos entregan un número entre 0 y 1 donde los
números más altos plasman un índice de desarrollo humano superior. Supongo que
ya lo sospechaban, los mayores números de desarrollo humano son inversamente
proporcionales a la tasa de homicidios. Mientras que Noruega tiene un IDH de
0,938 y una bajísima tasa de homicidios, Guatemala tiene un IDH de 0,560 y una
altísima tasa de amasijados. La lista completa está en http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Países_por_índice_de_desarrollo_humano . Para los vagos que no quieran hacer click,
les ahorro el viaje. Argentina está en el puesto 45 con 0,797 sobre 141 países
rankeados dentro del grupo de IDH muy alto.
Probablemente
más de uno ya esté mareado. Lamento comunicarles que aún falta más matemática. El
italiano Corrado Gini inventó durante el siglo XX la forma de medir cuan
equitativa es la repartija de la guita. Otra vez un número entre 0 y 1 donde 0
indicaría que todos tienen la misma cantidad de riqueza y 1 significa que 1 la
tiene toda y el resto no tiene nada. Obviamente que la situación 1 y 0 son
ficticias y nadie espera encontrarlas en la realidad. La realidad indica que
los números más probables oscilan entre 0,25 y 0,5. Si quieren saber más acerca
del llamado Coeficiente de Gini, pasen por acá: http://es.wikipedia.org/wiki/Coeficiente_de_Gini
La
cosa es que el promedio mundial del Cociente Gini da 0,63. Significa que el 20%
de las personas más ricas del planeta es 28 veces más rica que el 20% más
pobre. Decepcionante ¿no?. La lista mundial, ya a esta altura, no depara
sorpresas. Entre los primeros puestos se ubican Dinamarca, Suecia y Noruega
(0,247; 0,250 y 0,258). Entre los últimos, otra vez Honduras y Colombia (0,580
y 0,560). Y acá me quiero detener un rato. Cuando en el resto de las listas de
índices de desarrollo, Argentina (0,375) se encuentra entre los primeros
puestos, en esta estamos cerca de la mitad en el puesto 58. Parece que hemos
avanzado mucho en calidad de vida, igualdad de géneros, acceso a la educación,
a la electricidad y al agua potable pero los dueños del chupetín se niegan a
soltar el palito.
El
tema de la inseguridad se parece mucho a una gotera. Hay dos actitudes
posibles. Arreglar el techo o poner una palangana más grande debajo. Si se
mejoran estos índices estaremos arreglando el techo y no habrá más gotera (o
caerá muy poca agua). Pedir más policías, más represión, penas más duras es
igual a poner un balde gigantesco. Probablemente no se nos moje el piso por un
rato, pero el camino solo conduce a palanganas más grandes. Sería inteligente
(quizá esté pidiendo demasiado) intentar transitar el camino de los que
lograron resolver el problema con más inclusión, más educación, más igualdad y
menos represión.
Prometo
volver sobre el tema. Espero no haberlos aburrido con tanto fárrago.
No creo que el opinologo de que este país es cada vez mas inseguro tenga la paciencia de leer hasta el final esta brillante nota, los pocos que lo lean en su totalidad dificulto que lo entiendan y la mínima fracción que leyó todo y entendió algo, seguramente negará la veracidad de los datos estadisticos, son gente difícil y la tozudez es su estandarte. para ellos TN es su fuente de información y su fuente mas veráz.
ResponderEliminarMuy buen análisis. Para ser la estadística algo tan cafiolo, independientemente de las cifras favorables, las reflexiones son válidas y alentadoras. Algo que puede hechar más luz a este asunto: buscate el "World happiness report", que es un salpicón de estadísticas sobre la calidad de vida, con ganas de idealizar un mundo feliz. Después de todo, esa es la meta.
ResponderEliminarSencillamente iluminador como todos sus analisis, despues de leer esta nota me viene a la cabeza la desagradable frase "civilizacion o barbarie", pero en esta oportunidad veo con pesar el facilismo de una parte de la sociedad que prefiere adoptar la postura de un tercero con intereses vanos, sin siquiera informarse per se y hacerlos propios, los mismos que critican al que lleva en micro al negro por un pancho y una coca hasta la manifestacion, no se dan cuenta que por no informarse terminan siendo el instrumento para lograr lo que quiere este tercero.
ResponderEliminarSon la barbarie por no saber y por no querer informarse, ¿Que los lleva a creer ciegamente? ¿Las migajas del bienestar que te da creerte a salvo por tener un puñado de dolares en el colchon? ¿Cuales son su pancho y su coca? Tal vez la necesidad de la reafirmacion de su estatus social, el que solo logran si siguen viendo al negrito descalzo que pide al costado de sus lujosos autos importados.
En este capitulo de la historia de nuestro pais los barbaros no fueron exterminados, por el contrario fueron confortablemente adormecidos por el neoliberalismo de los 90. Hoy estan pasando por un periodo de abstinencia y todo lo que ello conlleva
Acabo de encontrar tu blog y me encantó esta nota. Te felicito che!
ResponderEliminarMuchas Gracias Fernando, que se repita!
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