domingo, 27 de abril de 2014

Algunas palabras vienen y otras las trae alguien

      La construcción del lenguaje tiene caminos extrañísimos a veces. Terminamos utilizando palabras que de las que, en la mayoría de los casos, desconocemos completamente su origen. Uno las sospecha latinas o griegas pero también las hay francesas o inglesas. Aunque no lo crean, hay palabras de uso corriente que provienen de un idioma tan antiguo y desaparecido como es el fenicio. La mayoría de las palabras han perdido su fonética original. Se le han agregado o transpuesto sílabas o letras. Con el correr de los años y aún de los siglos palabras que significaban originalmente una cosa terminaron significando otra muy distinta cuando no la diametralmente opuesta.

        Esta vez, Bombilla Tapada les trae 3 ejemplos de viajes mucho más cortos. Palabras que se unieron al idioma pero que tienen como origen el apellido de una persona. Alguien hizo algo por primera vez o de manera llamativa y de ahí en más su nombre pasa a ser sinónimo mismo de esa cosa. No le demos más vueltas a la cosa y comencemos de una vez. Vamos por el primero (del latín primus).

     A penas cumplió los 18 años el tipo se alistó en el ejército napoleónico. Tal era el amor que manifestaba tener por Francia que no dudaba en emprender las misiones más arriesgadas a favor de su ejército nacional. La causa napoleónica era su vida y no dudaba no solo en mostrarlo con hechos sino en manifestarlo en palabras toda vez que tenía ocasión. Fue herido en combate unas 17 veces. Y además de las consiguientes cicatrices su cuerpo mostraba horribles mutilaciones hijas de sus actos de valor. Cuando ya no fue útil para la batalla, el mismo Napoleón Bonaparte lo condecoró con el Sable del Honor y le otorgó una pensión de 200 francos por los servicios prestados a Francia. De ahí en más pasó a ser un personaje muy conocido de la sociedad y toda vez que tenía la oportunidad manifestaba de viva voz el amor por su patria. Tan famoso fue que en 1831, los hermanos Cogniard, escribieron una pieza de vodevil llamada "La escarapela tricolor" en referencia a los colores de la bandera francesa y uno de los personajes llevaba su nombre. Cuando el Emperador Napoleón cayó en desgracia y fue encarcelado, nuestro héroe siguió manifestando tanto su lealtad a Bonaparte (lo que le valió no pocas burlas) como a Francia. 

      Su nombre Nicolás Chauvín origen de la palabra chauvinismo que indica el comportamiento casi patológico, que lleva a creer que una nación tiene preponderancia por sobre las demás. Que todo lo que de allí provenga será mejor que lo extranjero y que alguien es mejor que otra persona por el hecho de haber nacido en algún sitio en particular.






      Como siempre que hay una revolución o un movimiento que intenta cambiar todas o algunas de las cosas, hay un grupo que pretende dejar todo como está. Ocurrió aquí con Liniers y sus partidarios que se resistieron a desobedecer al Rey de España durante la Revolución de Mayo y por supuesto ocurrió durante la revolución emancipadora norteamericana. A pesar de que se instituyó como fecha de la independencia de los Estados Unidos el 4 de julio de 1776, los ingleses no se resignaban a abandonar sus colonias en Norteamérica y de hecho reconquistaron algunas ciudades luego de haber sido expulsados de Nueva York. El grupo de la población que no la había pasado tan mal bajo el dominio británico desconfiaba de estos nuevos revolucionarios que pretendían instaurar un gobierno independiente de la corona inglesa. Ese bando, al rededor de un 20% de la población, fue llamado "lealista" a causa de su lealtad para con la corona. Dada su desventaja numérica los lealistas se contentaban con entorpecer todo lo posible las actividades de los revolucionarios. En el sudoeste del estado de Virginia durante 1780 fue acusado y detenido un número de personas sospechados de actividades lealistas. Un jurado integrado por militares y jueces civiles, sin embargo, los encontró inocentes. Uno de los miembros de este jurado no quedó del todo conforme con la sentencia y junto con un grupo de partidarios de la revolución volvieron a detener, esta vez de manera ilegal, al grupo de acusados y ejercieron la justicia por su propia mano, asesinando a golpes y ahorcando a los sospechosos. 

      El nombre del juez díscolo no ha trascendido como sustantivo sino como verbo. Se llamaba Charles Lynch y es el autor, sino del primero, de uno de los más famosos linchamientos que se hayan registrado. Claro que luego los yankees, con su manía de industrializar todo, llevaron desde esa época hasta más o menos 1970 las cosas casi a ritmo de producción en masa. Desde 1882 hasta 1968 se registraron unos 4.750 linchamientos. Una abrumadora mayoría (3.446 ) ciudadanos negros. Gracias a la altura a la que ha llegado la civilización en el siglo XXI a nadie se le ocurriría hoy justificar un linchamiento....¿o si?



      Por último vamos a hablar de un irlandés bastante malo, por lo visto. La isla Achill es apenas un puntito en el mapa al oeste de Irlanda. Tiene escasos 147 kilómetros cuadrados y durante el siglo XIX el Conde de Erne tenía propiedades en ella. Decidió entonces contratar un administrador que le llevara sus negocios, cobrara los alquileres y tuviera relación directa con los habitantes de la isla. Aparentemente el administrador contratado era bastante mal llevado y en tan solo un año logró que toda la isla estuviera en contra de él. Los arrendatarios se negaban a pagarle y no solo eso, se pusieron de acuerdo para no comprarle ni venderle nada y tampoco trabajar para él. Testarudo el hombre, contrató labradores del Ulster (otro condado de Irlanda) para que le levantaran la cosecha dado que ningún labrador Achiliano (o como sea que se escriba el gentilicio de Achill) estaba dispuesto a trabajar para él. Los ánimos estaban tan caldeados que nuestro amigo tuvo que poner, una vez cosechados, los granos bajo la protección de la Real Policía Irlandesa por miedo a que los aldeanos atentaran contra ellos. Finalmente todo se fue al demonio cuando el mismo ferrocarril se negó a transportar el ganado del Conde mientras el administrador estuviera allí. Para proteger su integridad física fue escoltado por el ejército a su salida definitiva de Irlanda. De hecho, nuestro personaje murió en Suffolk, Inglaterra. La negativa de comprar o vender sus productos había triunfado por primera vez en la historia forzando al Conde de Erne a cambiar de administrador.

      El funcionario derrotado llevaba por nombre Charles Cunningham Boycott y fue víctima (no inocente) del primer boicot del que se tenga registro.










      Todavía no pierdo las esperanzas de que en algún futuro, cuando una señorita quede exhausta luego de una maratón de corte venéreo, alguien le diga: Te han Guillermeado, en mi honor. Mientras tanto habrá que dejar la mejor impresión posible. Todavía no pierdo las esperanzas.

Buenas Tardes



domingo, 20 de abril de 2014

Carta Falsa. La macana más tarada. Llamá a la cana!

      El pequeño Carlitos es capaz de desarmar y volver a armar su computadora. De hacer andar la cafetera conectándola al puerto USB. De volver a la vida la PC de la tía Meneca. Pero desafortunadamente no ha aprobado Geografía. Su madre le recrimina: "Ay, Carlitos. ¿Como puede ser que eres tan inteligente para las computadoras y tan poco brillante para la Geografía?". Bombilla Tapada dejará claro esta vez (en realidad, otra vez, porque ya hicimos un post con similares conclusiones dedicado a Sir Arthur Conan Doyle http://bombillatapada.blogspot.com.ar/2013/05/en-casa-de-herrero-mediums-y-hadas.html ) que en muchas oportunidades la brillantez en un campo no viene acompañada por su correspondiente iluminación en otros. 

      Michael Chasles fue un matemático y geómetra francés del siglo XIX. Su campo, la geometría proyectiva, de la que es uno de sus creadores. De este modo llegó a ser nombrado profesor de Geometría Superior de la Universidad de la Sorbona. Cuando Gustave Eiffel diseño su célebre torre determinó que justo encima del primer arco de su construcción figuraran los nombres de los 72 matemáticos e ingenieros franceses que más hubiesen aportado a la ciencia hasta el momento. Para que calculen la envergadura del trabajo de Chasles, su nombre figura allí junto con los de Ampere, Gay-Loussac, Focault o Lavoisier. De modo que no nos va quedando dudas de que el amigo Chasles no era ningún idiota fácilmente engañable. O quizá si.

      El segundo personaje de esta historia es el hijo de un humilde campesino llamado Denis Vrain Lucas. Había nacido en Chateaudun, un municipio algo al norte de la capital y allí trabajó para un abogado. Éste lo contactó con un comerciante de manuscritos de París y allí se fue a trabajar con él. Como el valor de un manuscrito antiguo podía llegar a ser altísimo, Vrain Lucas tenía como ocupación el hacer copias de ellos, que se vendían a un precio sensiblemente inferior, llegando a convertirse en un verdadero profesional en el rubro. Cuando el comerciante dueño del local murió, Denis se hizo cargo del negocio y con cierta falta de escrúpulos apuntalados por su adquirida habilidad, notó que era capaz de vender copias como si fueran originales con bastante facilidad.

      El tercer personaje de nuestra historia de hoy tiene características distintas que los primeros dos. Se trata del Conde Bois-Jourdain. Como todos los nobles franceses se encontró en serio peligro durante la Revolución Francesa motivo por el cual se embarcó junto con toda su familia y las pertenencias que pudo rescatar hacia en Nuevo Mundo. Cerca de las costas norteamericanas el buque que lo transportaba se hundió y Bois-Jourdain con él. Algunos miembros de su familia pudieron ser rescatados por unos barcos de pescadores que acertaron pasar cerca. Entre las pocas pertenencias que se salvaron del naufragio sobrevivió un baúl confiado a él por el mismo Luis XVI donde el Conde guardaba algunos manuscritos y correspondencia. Acallada la Revolución la familia volvió a Francia pero se halló en la más profunda miseria. De tal modo que a fin de sobrevivir dispuso, en la mayor de las reservas, vender algunos de los documentos contenidos en el baúl. La gran diferencia que existe entre Chasles, Vrain Lucas y el Conde Bois-Jourdain es que los dos primeros existieron realmente. El Conde, la historia del naufragio y la de su familia son una completa invención de Vrain Lucas.

      Vrain Lucas se presentó ante Chasles con algunas "cartas antiguas" y se las vendió por algún dinero. Unos días después volvió a la casa del matemático dinero en mano ofreciendo devolvérselo a cambio de las cartas. Es que un anciano de la familia, enterado del despojo que estaba sufriendo el patrimonio de la familia al venderlas, había sufrido un ataque de apoplejía. Esta puesta en escena fue todo lo que necesitaba Vrain Lucas para ganarse definitivamente la confianza de Chasles. 

      Envalentonado por haber derribado las defensas del matemático, Vrain Lucas demostró tener correspondencia inverosímil. Alejandro Magno se carteaba con Aristóteles (podría haber ocurrido. Aristóteles fue tutor de Alejandro en su adolescencia). Cleopatra intercambiaba misivas con Julio Cesar. Había también cartas enviadas por Atila, Shakespeare, Plinio, Platón, Séneca o Poncio Pilatos. El límite de Vrain Lucas era su propia imaginación y ciertamente lo alcanzó, vendiéndole a Chasles una carta que María Magdalena le enviaba a Lázaro contándole lo bien que la estaban tratando los galos (antiguos habitantes de la moderna Francia). El único, sorprendente, ridículo e inverosímil problema era que todas estas cartas estaban escritas...en francés!.

      Vrain Lucas tenía respuesta para todo y además Michael Chasles contaba con una enorme predisposición a creérselas. Las cartas originales habían estado en poder de Luis XVI. Éste mandó a hacer copias en francés de todas y envió los originales a la abadía de Tours donde se perdieron definitivamente. La autenticidad de las copias estaba entonces avalada no solo por el rey sino también por Madamme Pompadour, quien colaboró en el proceso. El Rey, antes de perder literalmente la cabeza, le entregó las copias a Bois-Jourdain y el resto es historia (mentira) conocida.

           La ambición de Vrain Lucas y la ingenuidad de Chasles llevaron las cosas demasiado lejos, como si no hubiese alcanzado con lo antedicho. Es que el matemático guardaba para sí la correspondencia que compraba pero hubo una que encendió su fervor patriótico francés y lo llevó a hacerla pública. Fue el principio del fin...

        Blaise Pascal se carteaba con Isaac Newton y este último reconocía la primicia del francés sobre el descubrimiento de la Ley de Gravitación Universal. El 15 de julio de 1867 en la Academia de Ciencias de París Michael Chasles presentó la carta y otros escritos que avalaban la paternidad francesa sobre la  Ley de Gravedad. Para el caso en que alguien notara que, para la fecha de las cartas, Isaac Newton sólo tenía 12 años, Chasles tenía otra carta, pero de la madre de Newton que agradecía a Pascal la bondad de compartir sus descubrimientos con su hijo. Por supuesto que algunos espíritus patrióticos franceses aplaudieron el "hallazgo"  pero quienes se tomaron unos minutos para pensar lo pusieron abiertamente en duda. Para avalar la hipótesis de que Pascal ya estaba trabajando en el tema de la Ley de Gravitación aún antes del nacimiento de Newton, Vrain Lucas consiguió, dentro de su cofre, una inmejorable carta que el francés le mandaba a Galileo Galilei contándole sus descubrimientos. Ante la objeción de que para esas fechas el físico italiano se encontraba completamente ciego y no podría haber escrito ninguna carta, Chasles apareció, vía Vrain Lucas con otra carta, esta vez escrita en italiano donde Galileo le comentaba a Pascal que estaba mejorando de su ceguera y había vuelto a escribir. 

      Pero los escépticos, tildados de anti patriotas por los chauvinistas franceses, sacaron a relucir otra sospecha mayor. El texto de la última carta de Galileo a Pascal contenía un pasaje completo de un libro de física que  escribiría en 1764 Alexandre Sèverien (y a todo esto Galileo había muerto en 1642. Apenas 122 años antes). Habiendo luchado hasta tan lejos, Vrain Lucas no se iba a rendir tan fácil. Providencialmente Denis encontró una carta del mismísimo Sèverien agradeciéndole a Madamme Pompadour el haberle permitido examinar la correspondencia entre Pascal, Newton y Galileo con lo cual quedaba "demostrado" que el texto de la carta era el original y el del libro una copia. 

       Durante el transcurso de las pesquisas necesarias para cometer los fraudes, Denis Vrain Lucas cometió un delito menor en contra de la Biblioteca Imperial (quizá pretendió arrancar alguna página o cosa similar) y fue detenido. El miedo, los remordimientos o quién sabe que lo llevaron a confesar todo. 

       Vrain Lucas fue condenado a 2 años de prisión. El 13 de setiembre de 1869, luego de sostener durante 2 años la autoría francesa del descubrimiento de la Ley de Gravitación Universal, la Academia de Ciencias de París emitió un comunicado admitiendo el error.

      Dentro de los cajones de los escritorios del geómetra francés Michael Chasles se acumularon 27.344 cartas redondamente falsificadas. Dentro de los bolsillos de Chasles faltaban 140.000 francos que era lo que había pagado durante 8 años por esa montaña de papeles sin ningún valor.




      Contrariamente a lo que pudiera pensarse a Michael Chasles no lo mató la vergüenza sino un paté en mal estado que comió a los 88 años. Once años después del fraude.

Cuidado con lo que compran y sobre todo cuidado con lo que comen..

Que anden bien!





domingo, 13 de abril de 2014

Inauguración del CAESM: Centro de Ayuda al Estafado por los Sea Monkeys

       Hace un par de semanas que Bombilla Tapada no agregaba nuevos post. La mayoría de los lectores me conocen y saben el porqué. Falleció mi papá. Y entre tantas cosas que se llevó, me dejó sin ganas de escribir. El viejo estaba orgulloso tanto de los post escritos como de los videos y torturaba a sus amistades para que los lean y vean. Por lo tanto vamos a hacer honor a ambas cosas. Bombilla Tapada vuelve con un tema que lo tiene como actor de reparto. Siéntense por aquí que ya comenzamos.

      Allá por fines de los 70 yo solía ser un niño y una noche mi papá me trajo aquello que a todos los de mi edad nos quitaba el sueño por ese entonces. Tres pequeños sobres, del tamaño de los de azúcar que sirven en los bares, pegados a un cartón impreso, si bien en colores, bastante descuidadamente. Los dibujos mostraban una familia de bichos antropomorfos con cola haciendo sospechar que se trataba de madre, padre y dos hijos. La cabeza del que se suponía el macho adulto estaba terminada en una especie de corona y la presencia al fondo de la imagen de una suerte de palacio le confería cierta dignidad real. Señores, era dueño de mis propios Sea Monkeys.

        Para los que no sepan de que demonios estoy hablando se trataba de un producto ampliamente publicitado. Se suponía que mediante el uso adecuado de esos tres sobres podía crear vida instantáneamente. Y es más; una vez preparada la pecera y nacidos los Sea Monkeys dentro de ella se formaría una suerte de sociedad organizada a la que había que proveerla de infraestructura suficiente. Castillos, parques de diversiones y demás construcciones para uso y disfrute de nuestras nuevas mascotas.

          De más está decir que nada de esto último ocurría. Una vez descargado el contenido del sobre 1 en el agua y esperado el tiempo estipulado en las instrucciones se procedía a insuflar la pecera con vida, ya que el sobre 2 tenía dentro la "vida instantánea". El sobre 3 contenía el alimento para tus nuevos bichos

     Desafortunadamente para mis ilusiones y las de muchos de mis contemporáneos, pasados unos momentos de entusiasmo sin correlato en lo que ocurría en el agua, comenzaban a verse mover una suerte de mucosidades en la pecera y más temprano que tarde uno debía admitir que había sido estafado. En efecto, esos camarones diminutos eran los Sea Monkeys.

      Es que en realidad, lo que se suponían "Monos marinos" no eran más que unos crustáceos llamados Artemia Salina que hoy por hoy pueden conseguirse en cualquier acuario bien provisto como alimento vivo para peces. Lo curioso de estos bichos es que sus huevos, en caso en que la laguna en la que viven se secase, pueden sobrevivir larguísimos tiempos (hasta 10 años) sin estar en presencia de ningún líquido. Cuando se hidratan nuevamente, nacen como por arte de magia. Esta propiedad, la de mantener la vida en estado latente en los huevos, no solo es patrimonio de la Artemia Salina sino que muchos otros peces, crustáceos y batracios la poseen y se llama criptobiosis.

      Dilucidado el origen biológico de los Sea Monkeys solo falta hallar al espíritu perverso que provocó tales engaños. El tipo que fue capaz de hacernos creer que esos bichos inmundos eran realmente monos marinos y que podríamos verlos lanzarse por los toboganes que nos había vendido y hasta habitar palacios de plástico. Es hora de la justicia. Bombilla Tapada revelará el nombre del estafador que nos embaucó durante buena parte de nuestras infancias. Y no solo a nosotros y como ya verán, no solo una vez.

      El responsable llevaba por nombre Harold Von Braunhut, había nacido en 1923 y falleció en 2003. Ya desde el arranque las cosas van mal porque el Von de su apellido es un agregado que él mismo acomodó para que suene mejor, a su modo de ver. Es que nuestro villano tenía ciertas inclinaciones racistas y suponía que un toque alemán mejoraba las cosas en las épocas de segregacionismo negro en E.E.U.U y judío en Alemania.





      La cuestión es que el bueno de Harold traía algo de experiencia familiar dado que su abuelo tenía una pequeña fábrica de juguetes. De hecho su abuelo Tobías reclamaba para sí la autoría de la palita y baldecito de playa, un diseño propio según él. Harold decidió entonces fabricar sus invenciones que más que inventos parecían estafas.

      Primero lanzó unos supuestos lentes de rayos X. Obviamente que, fabricados en plástico, no había ninguna posibilidad de que con ellos pudiese verse a través de nada. Sin embargo, mediante una hábil campaña publicitaria, Harold logró vender unos cuantos. Luego la emprendió con unos muñecos de cartón que, sumergidos en una solución de sales, hacían que estas cristalizaran sobre el cartón de modo que pareciera que le crecían pelos. Más tarde descubrió que una especie de cangrejo llamado "ermitaño" busca refugio mientras muda su caparazón. Normalmente, en el mar se ampara dentro de un caracol vacío. Pero como bien se dice, para este bicho "cualquier agujero es poncho" así que don Braunhut "inventó" el Cangrejo Loco. Básicamente eran cacharros de varios tipos que se metían dentro de una pecera que contenía un cuerdo cangrejo ermitaño, de modo que al momento de la muda, el pobre bicho, no teniendo un caracol donde refugiarse, se metiera dentro de algunas de las porquerías que Harold le había vendido a la gente. Parece ser que, en su tiempo, el público consumidor consideraba esto sumamente divertido.

      Como ya se dijo, Von Braunhut fue el "inventor" de los Sea Monkeys, acaso su "creación" más exitosa. Las artemias salinas se vendieron por todo el mundo y para que tengan una idea de la formidable ganancia que traía considérese que en ese entonces (fines de los 70) un kilo de azúcar valía unos 850 pesos de la época y el cartón con los 3 sobres de "vida instantánea" se vendían a unos 9.000, es decir más de 10 veces lo que un kilo de azúcar.



      Pero la mayor, más descarada y vergonzosa estafa perpetrada por Harold fue la venta de "El pez dorado invisible". El mismo venía acompañado de un certificado de garantía que aseguraba que el pez nunca perdería su condición de invisibilidad. Y era razonable que ello ocurriera porque Von Braunhut  te vendía la pecera, las piedras y los adornos pero ningún pez. Era invisible, sencillamente porque no estaba ahí.




      Ahora que conocemos la historia (mas que la historia el prontuario) de Harold Von Braunhut uno comienza a sentirse un poco menos estúpido por haberle insistido a sus padres que gastaran su dinero en semejante porquería.



        Les pido mil disculpas. Los tengo que dejar porque tengo que terminar los preparativos del cumpleaños de Rodolfo, uno de los Sea Monkeys que me regaló mi papá en su momento y que el martes cumple 34 años.




Que anden bien