domingo, 15 de septiembre de 2013

¡Que le hace una mancha más al tigre! (De la Esso)

     
Uno, con cuarenti largos, recuerda haber visto intervenciones militares de los Estados Unidos en pos de los más diversos intereses, encabezando largamente la lista el dúo Libertad y Democracia. Así las tropas norteamericanas han paseado, hasta donde uno recuerda, sus anatomías por Nicaragua, Iraq, Afganistán, Libia y demás países de Medio Oriente. Hoy en nombre del mismo esquivo dúo la amenaza se cierne sobre Siria. Si bien el frontis exhibido es siempre la misma pareja de sustantivos abstractos, debe uno ser muy ingenuo para no descubrir, apenas rascando la pintura de la superficie, que los motivos comerciales de la más diversa índole son los verdaderos motores del viaje a tierras lejanas. En nuestras memorias van quedando las imágenes de los noticieros (desde el blanco y negro hasta el rutilante HD) mostrando humaredas, aviones militares, cañones disparando e invariablemente civiles llorando la perdida de sus bienes y de sus seres queridos. En cambio no recuerdo haber visto la llegada de ningún síntoma de Libertad o algún signo de Democracia en ninguno de esos lugares. 

      Tan tradicionales como Disneyworld, los asesinos seriales y las dougnuts, la historia de las intervenciones militares norteamericanas es tan larga que arranca a poco de declararse su propia Independencia. Póngase el levitón y la galera que comenzamos en el siglo XIX.

   
Habiéndose declarado independiente el 4 de Julio de 1779, ya para 1801 la armada Norteamericana se andaba paseando a los cañonazos por territorio africano. Mientras se decidía el destino de la colonia británica que era antes de su independencia el territorio de los Estados Unidos y a fin de perjudicar a su histórico enemigo, la armada Francesa escoltaba a los buques norteamericanos en sus viajes comerciales hacia el norte de África. Luego de su independencia, tuvo que empezar a arreglárselas solito. Parece ser que algunas dependencias del imperio Otomano no eran todo lo enérgicas que se esperaría en reprimir la piratería cerca de sus costas y esto le traía bastantes perjuicios económicos a la nación naciente. Por lo tanto, el 1º de agosto de 1801 comenzaron los cañonazos.  La primera guerra de los norteamericanos por cuestiones puramente comerciales se desarrolló mayoritariamente en el mar, a excepción de su última acción que consistió en el desembarco de tropas norteamericanas en Egipto y la invasión y toma de la ciudad de Derna. Por primera (y lamentablemente no por última) vez, la bandera de Estados Unidos flameaba en un territorio ocupado. El 4 de junio de 1805 el Pasha de Trípoli firma un acuerdo y se da por terminada la primera acción bélica norteamericana fuera de sus fronteras.

   
Hacia 1850, los Estados Unidos tenían la idea de que el Imperio del Japón llevaba demasiado tiempo con sus frontera cerradas. En efecto, desde hacía más de 200 años el Japón estaba cerrado sobre si mismo no manteniendo comercio exterior alguno. El designado para ventilar esas ideas tan perniciosas, fue el Comodoro Matthew Perry, y el procedimiento elegido fue el mismo de siempre. Los rendidores cañonazos. El tratado de Kanagawa dejó los puertos de Shimoda y Hakodate abiertos al comercio norteamericano. Tan convincente fue la intervención del Comodoro Perry que en 1858 se firmó el Tratado de Harris que no solo mantiene los términos del de Kanagawa sino que agrega concesiones para la instalación de establecimientos norteamericanos en suelo japones y mínimos aranceles a la importación de productos yankees.

     
En 1854, la reciente República de Nicaragua (sólo hacía 33 años de su independencia) recibió la desagradable visita del USS Cyane en sus costas. El pretexto, un ataque al Cónsul Norteamericano. El motivo el alza de las tarifas que cobraba el puerto de Greytown a los buques estadounidenses. La consecuencia la ciudad de San Juan del Norte totalmente destruida. La cosa fue mas o menos así: Solon Borland era el representante de Estados Unidos en Nicaragua y Antonio Paladino un pequeño comerciante Nicaragüense. Quiso la mala fortuna que el vapor que conducía a Borland y la pequeña embarcación que Paladino utilizaba para comerciar se cruzaran en el cauce de un río estrecho. Borland hizo valer su derecho de paso del modo más contundente posible. Es decir, desde la proa de su embarcación le descerrajó un disparo de fusil al pecho de Paladino. Sus compañeros, los de Paladino, se presentaron por la noche en la casa que Borland habitaba exigiendo explicaciones. Solon se negó a darlas y los ánimos se caldearon. Un oportuno botellazo en el rostro del yankee terminó la discusión. Borland viajó inmediatamente a Washington y volvió con ayuda tal como se describe al principio del párrafo. 200 cañonazos terminaron con la resistencia, las casas y demás construcciones de Greytown. Terminado el bombardeo, la tripulación del USS Cyane bajó a tierra a y saqueó lo poco que quedaba.

     
 Teniendo en cuenta que, para esas épocas, el poderío naval era determinante en las acciones bélicas, pertenecer a un país enteramente mediterráneo como Paraguay lo mantendría a uno a salvo. Error. Los países americanos que se habían emancipado de España en fechas recientes eran una excelente oportunidad para generar negocios. El virreinato del Río de la Plata había impedido que sus colonias desarrollaran una industria propia, dependiendo durante toda su historia de los productos manufacturados que la casa matriz de España les vendía con exclusividad. Al soltar la mano de la metrópoli los nuevos países salieron a buscar quien les proveyera de productos industriales o mejor aún de la posibilidad de producirlos en las nuevas tierras con intenciones de provocar el desarrollo de la región. El presidente norteamericano de ese entonces (1859) era James Buchanan y había designado a un tal Edward Hopkins como su representante ante el gobierno del Paraguay encabezado por su presidente Carlos Antonio López. (padre de Francisco Solano López presidente durante la Guerra de la Triple Alianza). Hopkins viajaba con la misión de evaluar la conveniencia de que los Estados Unidos reconociera la independencia del Paraguay dado que la Confederación Argentina no lo había hecho aún y el Imperio del Brasil tampoco. Ya que estaba por ahí, Hopkins se dedicó a hacer negocios particulares. Logró la concesión para explotar la navegación comercial de vapores por los ríos paraguayos, instaló una tabaquería, obtuvo créditos de parte del estado paraguayo para la instalación de maquinaria y compra de terrenos con plazos de 15 años y demás. A Hopkins lo acompañaba un buque de supuesta investigación científica (aunque armado con cañones) llamado Water Witch. El tipo fue convirtiéndose en una celebridad en Asunción y rápidamente se fue olvidando de su misión primigenia. Se entreveró sentimentalmente con Madamme Guillemot, esposa del diplomático designado por el estado francés en el Paraguay y un día, mientras realizaban una cabalgata desde San Antonio a Asunción se cruzaron por un camino con un soldado paraguayo que arreaba una manada de bueyes. El yankee increpó de mala manera al soldado de nombre Agustín Silvero (quizá para hacerse el guapo frente a la chica) pero la compadrada le salió mal. Terminó con un sablazo en la espalda por parte del soldado. Al día siguiente Hopkins se metió de prepo en el despacho del presidente López exigiendo reparación por semejante afrenta por parte de un soldado de un "país semiprimitivo" según sus palabras. López lo recibió con cortesía, pero el 30 de setiembre de 1854 lo metía de bruces en el Water Witch y le ordenaba que abandonara inmediatamente el país. El 1 de febrero de 1855 el Water Witch fue atacado por la guarnición del ejército Paraguayo en Itapirú. El incidente fue reportado al gobierno de Washington y el responsable de lavar la afrenta (la del Water Witch, no la de Hopkins que a esta altura les importaba un pepino) fue el Comodoro William Subrick. Sabine, Caledonia, Westemport Atlanta, Memphis, Metacomet, Fulton, Water Witch, Harriet Lane, Argentine, Chapin, Southern Star, Saint Lawrence, Falmouth, Preble, Bainbridge, Dolphin, Perry, Supply y Release fueron los nombres de los barcos que se apersonaron en el puerto de Buenos Aires con el objeto de remontar el Paraná con rumbo Asunción. Veinte embarcaciones, 2.500 hombres y 200 cañones se hallaban prestos a escarmentar a esos impertinentes paraguayos. El problema fue que, enterado de la magnitud de la flota, López dispuso en Humaitá 12.600 hombres y 16.000 reservistas para darles la peor bienvenida posible. Afortunadamente medió Justo José de Urquiza y la sangre no llegó literalmente al río. De todos modos, semejante demostración de fuerza bruta dio los resultados esperados. En febrero de 1859 los Estados Unidos firmaban con el gobierno paraguayo un tratado de amistad y libre comercio que incluía la libre navegación del río Pilcomayo por parte de vapores norteamericanos, la reparación del Water Witch y la indemnización por los bienes perdidos de Edward Hopkins.

     
Así como nosotros tuvimos nuestro conflicto Unitarios Vs. Federales, Chile también dirimió cuestiones internas a los tiros durante los últimos años del siglo XIX. Aquí la pelea fue entre quienes apoyaban al parlamento y quienes manifestaban sus intenciones presidencialistas. Los británicos, por cuestiones comerciales, apoyaban al bando del Congreso lo que impulsó, también por razones comerciales a los Estados Unidos a apoyar al bando presidencialista. Unos 10.000 muertos más tarde, ganaron los parlamentaristas y nuestros amigos norteamericanos quedaron en el bando perdedor. En medio del conflicto, los parlamentaristas utilizaron el buque Itata, de la armada chilena, para encabezar algunos ataques contra sus oponentes. Los presidencialistas, simpatizantes de los Estados Unidos, pidieron ayuda a estos quienes enviaron el USS Baltimore a fin de dar caza al Itata. Al término del conflicto, sin embargo, el Baltimore quedó anclado en el puerto de Valparaiso. El 16 de octubre de 1891 el Capitán Schley, responsable del buque yankee, dio permiso a los 117 marinos que conformaban su tripulación a bajar a tierra a fin de obtener algún esparcimiento en los numerosos locales del puerto. Según consignan las crónicas policiales cerca de las 6 de la tarde, en el bar True Blue, comenzó una reyerta de borrachos con el saldo de 40 soldados norteamericanos y 10 viandantes chilenos detenidos. Lo que comenzó como una pelea de alcoholizados (grande, es verdad, pero no más que eso) terminó siendo un conflicto internacional. Estados Unidos exigió un pedido de disculpas que Chile negó. El presidente norteamericano Benjamín Harrison, en su habitual discurso anual ante el congreso se refirió al incidente. El embajador norteamericano no asistió a la asunción del nuevo presidente chileno Jorge Montt. En enero de 1892 formalmente los Estados Unidos exigieron disculpas a Chile bajo la amenaza de declarar la guerra y ocupar las salinas chilenas a modo de indemnización por la pelea del bar. Finalmente el gobierno de Chile cedió a la presión, se disculpó y pagó. Las relaciones entre Chile y Gran Bretaña quedaron dañadas por la falta de apoyo británico durante la duración del conflicto lo que le sirvió a los Estados Unidos para comenzar a poner el pié sobre latinoamérica, cosa que no dejó de hacer durante todo el siglo XX.

      Que el incidente chileno haya terminado en 1892 da para pensar que ya era todo por este siglo XIX, pero como en las películas de acción el villano se levanta una vez más antes del final.

   
Hawaii era una monarquía desde sus inmemoriales inicios. El mar les proporcionaba todos los alimentos necesarios y una escasa pero húmeda y tropical tierra les proveía del resto. Efectivamente fue así hasta  los inicios del siglo XIX, donde comenzaron a llegar misioneros desde los Estados Unidos con el fin, en principio, de divulgar la Biblia y hacer abandonar a los nativos sus cultos idólatras. Una vez convencidos de la nueva fe, el siguiente paso fue que a los misioneros se les otorgara la doble ciudadanía, hawaiana y norteamericana. Al cabo de algún tiempo, los "misioneros" comenzaron a comprar tierras para cultivar exclusivamente caña de azúcar. No crean que a cambio no dejaron nada nuevo. Los misioneros trajeron consigo nuevas enfermedades desconocidas para la población insular a modo de equitativo intercambio. Ahora bien, en esta nueva realidad (monocultivo creciente de la caña de azúcar)  y la realidad antigua (son unas islas en medio del Océano Pacífico) Estados Unidos le propuso otro intercambio igual de justo. Los norteamericanos le compraban la producción de azúcar (en manos ya de terratenientes norteamericanos) y a cambio Hawaii les cedía para su uso un puerto (¿Pearl Harbour les suena?). Ocurrió entonces que en 1874, Kamehameha II, el rey de ese entonces, procedió a morirse y el trono hawaiano quedó en manos de Kalakaua. Y ya se sabe como era Kalakaua. Se hizo un poco el compadrito pero terminó cediendo, más aún que Kamehameha II. Dictó una nueva constitución (conocida como Constitución de la Bayoneta en función a las amables sugerencias que la población trasplantada desde el continente le realizaba al Rey so pena de derrocarlo) que ampliaba los derechos políticos de los "misioneros" a la vez que eliminaba de los padrones electorales a las 2/3 partes de los nativos. A la muerte de Kalakaua, lo sucedió su hermana Lili´uokalani en 1891. La presión popular para volver a la constitución anterior se le hizo insoportable así como también la presión de los norteamericanos habitantes de la isla quienes se negaban con toda la fuerza de la que eran capaces. Estos (los ex misioneros y actuales poseedores de la tierra y los ingenios azucareros) crearon un falso "Comité de Salud Pública" que en realidad era una fuerza armada irregular. Amenazaron abiertamente a Lili`uokalani con declarar el trono vacante por la fuerza si cedía al pedido de su población nativa. La reina, que creía tener buenas relaciones con el gobierno continental, solicitó ayuda. Los "colonos" haciendo uso de su doble nacionalidad, también  ¿Y a que no saben a cual de los dos bandos ayudó el gobierno de Grover Cleveland, recientemente elegido presidente?. Respuesta: cientos de policías (como si ya se tratara de un territorio propio) ingresaron a la ciudad de Nuuanu para imponer orden y establecieron una república provisional. El primer presidente de la república momentánea de Hawaii fue Stanford Dole, magnate azucarero. La reina fue arrestada y en su contra se alegó que se había encontrado en poder de los monarquistas un poderoso arsenal de...30 fusiles. Los partidarios de Lili`uokalani ensayaron una resistencia que culminó con la condena a muerte de 5 rebeldes y 5 años de trabajos forzados y multa para la reina depuesta. No contentos con eso, la prensa continental estableció una campaña de difamación y en los periódicos norteamericanos florecían historias de hechiceros, sacrificios humanos e hijos bastardos. Finalmente en 1900 se convirtió en territorio norteamericano y el 21 de agosto de 1959 en uno más de los estados de la Unión.

     
Hoy que la sombra oscurece Siria da la impresión de que a estos muchachos, dejarlos sin posibilidad de intervenir con sus narices donde no los llaman es tan difícil como hacernos a nosotros abandonar el asado y el mate.

      Que anden bien.


     









      


domingo, 14 de julio de 2013

Hoy en Bombilla Tapada: "La sartén por el mango" o "el chupetín por el palito"

     
Hace unas décadas. Antes del cable y del DVD y del vídeo VHS, uno tenía que conformarse con lo que había en la tele en ese momento...y había más bien poco. Noticieros a mediodía y al caer la noche. Dibujos animados por la mañana temprano y a eso de las 17 hs. Novelas entre medio y por la noche. Después de los noticieros; programas cómicos, de actualidad o políticos o en su defecto películas añejas. Los sábados por la noche ,creo recordar que en canal 9, se emitía algo así como "El teatro de Darío Vittori". Este señor italiano ponía en escena todos los sábados una, digamos, obra de teatro cómica, digamos, que transcurría invariablemente en un living. A través de sus múltiples puertas (las del living) circulaban los personajes que venían de la calle y entraban al dormitorio, salían de la cocina e iban al estudio, o charlaban en el sillón y salían a la calle. Todo ocurría en el living de la casa. Estas comedias llamadas de enredos eran llevadas adelante por un discreto número de actores sábado tras sábado y, por lo tanto, quien había sido doctor el sábado pasado era mayordomo en esta edición y sería padre de la novia en el envío siguiente. Sin actuaciones demasiado destacables, el género tampoco necesita demasiada dote histriónica, con un bigote de utilería, con lentes o peluca, uno podía manifestar que al pasar de los sábados, los personajes del programa de Vittori eran siempre los mismos.

      A esta altura ya se estarán preguntando a donde voy con todo esto. Es que, por estos días, entre los precios del pan y los tomates, la desaparición y regreso del trigo y los acuerdos de precios, también podemos llegar a la conclusión que en esta tragi-comedia, los actores son siempre los mismos.

     
De cada 100 productos que se venden hoy en el país, 58 fueron comprados en un supermercado. Por supuesto, uno busca la comodidad de poder adquirir la mayoría de su compra en un sólo lugar y de una sola vez. De chico, mi vieja debía comprar la carne en la carnicería, las verduras y frutas en la verdulería y el resto de la provisión de alimentos en el almacén  Hoy nos volvemos del super con bananas, pan fresco, pechito de cerdo, tornillos para madera, un neumático para el auto y la Barbie Meretriz en un único y capitalista acto. Este cambio en el modo de comprar de la mano de nuestra indudable comodidad, les da a los supermercados el poder de ser uno de los eslabones más importantes en la cadena de la formación de precios. 

- Bueno - dirá usted- supermercados hay muchos. Y hasta diera la impresión de que compiten entre ellos...

- No crea - responderé entonces yo - no crea que son tantos.

     
Del total de lo que se vende a través de los supermercados el 70% está en mano sólo de 3 comercios y sus satélites. El galo Carrefour se queda con una tercera parte de esas ventas, y si no te los vende a nombre de él lo hace a través de la cadena Día o Norte, que también les son propias. Si Carrefour no te convence, hay un 21% que elije comprar en Jumbo (o en Disco y Vea que son lo mismo). Por último con otro 20% el vernáculo Coto te vende lo que falta para llegar a ese 70%.

     
Por si no alcanzara con que las redes de comercialización estuvieran en tan pocas manos, algo parecido (sino peor) pasa con la producción de ciertos bienes. A la hora de fabricar un auto, o un lavarropas o un kiosko de flores y necesitar chapa laminada, 99 de cada 100 provienen de un sólo fabricante: Siderar. En cambio, si de construir se trata y a la hora de comprar cemento sólo tenemos 3 opciones. Es decir la totalidad del mercado está manejada por solo 3 empresas. Loma Negra, Minetti y Cementos Avellaneda. La primera de ellas, ex propiedad de la ex dama de beneficencia Amalia Lacroze de Fortabat, barre por si sola con el 60% del mercado.

     
Si tomáramos al azar galletitas de una góndola, abriéramos los paquetes y las mezcláramos, el 73% de ellas habrían sido fabricadas o bien por Arcor o bien por Danone. Si quisiéramos acompañar nuestras galletitas con leche o yoghurt o leche chocolatada y eligiéramos el descabellado método de mezclar todo, 7 de cada 10 vasos tendrían productos de solo 2 empresas: La Serenísima o Sancor. Dado que en la producción de yoghurt y postres lácteos La Serenísima está asociada con Danone, es altamente probable que nuestras meriendas y desayunos estén dominados por una única empresa. Si en lugar de galletitas, elegimos pan envasado, será muy difícil que no sea o Bimbo o Fargo. La primera por si sola se queda con un 62% del mercado dejándole mayoritariamente el resto a Fargo y solo migas (nunca mejor dicho) al resto de las empresas (Yo, Carlos Sacaan, lo garantizo).


-Yo no creo que sea tan así - dirá usted a esta altura ofuscado - yo no me dejo llevar por el mercado. Yo elijo lo que compro. No soy un cordero que se deja llevar por las narices. Frente a las góndolas del supermercado escojo entre la yerba Cruz Malta o Nobleza Gaucha. Elijo llevar fideos Matarazzo o Don Vicente o Lucchetti. Puedo hacer comparaciones de modo que compre el aceite que más me convenga, sea Lira o Cocinero. Si estoy apurado y quiero llevar algo congelado para comer rápido, evalúo si lo que más me satisface son los productos de Good Mark o de Granja del Sol. No crea que todo es así como usted lo pinta.


- Es aun peor - diré yo dejando el habano en el cenicero y esbozando una sonrisa socarrona - Todos esos productos que usted nombró, aún los que parece que compiten entre ellos, son de una sola empresa:Molinos Río de la Plata.


- No le creo - se indignará usted golpeando su puño sobre la mesa, haciendo saltar el habano por los aires - Yo puedo comprar una cara mermelada Arcor en frasco de vidrio o una berreta Dulciora en un infame pote plástico. Un chocolate Águila tradicional o un algo más barato Cofler, o un Bon o Bon, o unos Rocklets. Es más, puedo comprar un barato y casi desconocido alfajor Tatín o un Tofi de tres capas, que es una marca de renombre o si no un Blanco/Negro de Bagley. Y si quiero cuidarme puedo elegir comer galletitas de agua Serranas, Hogareñas, Criollitas o Traviata. - su cara comienza a ponerse pálida viendo como crece mi sonrisa. - ¿No me diga que......


- Si amigo - le contestaré yo con un gesto de suficiencia y los pulgares enganchados por debajo de la sisa del chaleco - todo lo que usted nombró, aún lo que lleva la marca Bagley, lo fabrica Arcor.





- No me voy a rendir tan fácil - intentará usted una última defensa - No me va a decir que es lo mismo un delicado chocolate Cadbury que un tosco Shot. O que los tradicionales fideos Don Felipe Terrabusi o Canale vienen a ser lo mismo que unos económicos Vizzolini. O quizá tratará de convencerme que las famosas Express tienen algún punto de contacto con las insulsas Mayco.


- Le pido que tome esto con la mayor calma posible, amigo lector - trataré de serenarlo - todos esos productos son de Kraft

- ¡Mierda! - maldecirá usted - ¡Nos tienen rodeados!

      



      Más allá de algún aumento estacional. Más allá de las notas a los panaderos, como si fueran ellos los artífices del precio del trigo, de su abundancia o su ausencia. Lo que queda más o menos claro, escalofriantemente claro, es que para cuanto nos va a alcanzar la plata este mes está en manos de unos, digamos, 50 tipos por sobre una población de 44 millones de personas.

      Ahora, si por casualidad, algún funcionario llega a pretender tomar alguna medida correctiva contra alguna de las empresas mencionadas, no faltará (lo garantizo, como don Sacaan) algún medio de comunicación que esgrima la libertad de comercio y de mercado como escudo defensivo, para que semejantes abusos se sigan cometiendo. Entre esos 50 tipos que tienen el chupetín por el palito, también están los dueños de los medios monopólicos.

     
Mientras tanto seguiremos elucubrando estrategias, comparando precios, midiendo volúmenes, leyendo informaciones nutricionales, descifrando etiquetas, sosteniendo en una mano un tetra pack de tomates Arcor y en otra una lata de La Campagnola o de Salsatti sin saber que elijamos lo que elijamos, nuestro dinero irá a parar a la misma bolsa. (Si, adivinaron otra vez, son las 3 de la misma empresa)


      Es que, desde hace mucho tiempo, los actores de esta escena son siempre los mismos, como en las comedias de Darío Víttori.

Que anden bien!






      

domingo, 30 de junio de 2013

El levante callejero, Lanata y Dante. Todo por el mismo precio

     
Hace bastante tiempo, cuando a alguno de nosotros (me refiero a mis amigotes de siempre) su padre le permitía utilizar el automóvil familiar, además de dar vueltas sin ningún sentido, desarrollábamos una especie de deporte urbano. Yendo a velocidad lenta por alguna avenida algo transitada y en vista de alguna muchacha de nuestra edad caminando en solitario, alguno de nosotros era conminado a bajar e intentar entablar conversación con ella. La idea era, como máximo obtener el número de teléfono para generar una posterior cita. Debo decirles, que a excepción de una única vez (memorable), el resto de los intentos estuvieron coronados por rotundos fracasos. Las posibles causas analizadas una vez culminadas las faenas fallidas se enmarcaban en nuestra impericia, falta de lenguaje atractivo y sobre todo la ausencia de belleza física con que, mayormente, la naturaleza nos hubo de castigar. 

     
Sin embargo, este inocente juego galante nos llevaba en ese entonces, (jóvenes de escasos 18 años) a la siguiente conclusión: En caso de tener el supremo éxito de lograr que la damisela abordada nos proveyera de sus señas particulares y de ese modo tuviésemos la remota posibilidad de comenzar algún tipo de relación  afectiva, jamas deberíamos llevarlo al extremo del noviazgo o cosa similar. Las razones expuestas eran de una lógica rotunda. Si la señorita en cuestión cedió a nuestro galanteo callejero, nada impedía que una vez convertida en nuestra novia, ocurriera una situación similar con otro pirata callejero al abordaje y comenzáramos a lucir una vistosa cornamenta. En resumidas cuentas, si había sucedido una vez, no confiábamos en que no volviera a producirse.

      Algunos años después, pero no muchos, sosegado ya de ardientes deseos de conquistas callejeras, entendimos que las señoritas que valían la pena, también venían asociadas a dificultosas y pacientes mecanismos de acercamiento y conquista. Esto no elimina en un 100% la probabilidad de que alguien se termine comiendo nuestro alfajor a escondidas, pero en principio la pone más lejos que con el método anteriormente descripto.

     
Allá por 1987, con fogosos 21 años, democracia recién nacida y tanteos a ciegas en muchos ámbitos de la vida a la vez, quedé deslumbrado por un joven que sólo me llevaba 6 años de ventaja pero que ya había alcanzado una altura profesional que yo ni siquiera había imaginado para mi. En plena efervescencia política, rodeado de diarios que titulaban sus notas con modos verbales que nadie ya utilizaba (del estilo "Firmose acuerdo para la ...), programas televisivos que sostenían los mismos formatos que en los años 70, brillaba un diario nuevo al que inmediatamente adherí. Página 12 dirigido por Jorge Lanata. Sencillamente me encantaba. Conservo todavía, casi completa, la colección de libros (libritos en verdad) que sábado tras sábado acompañaba al diario. Allí me encontré con escritores clásicos de los que había escuchado hablar pero nunca había leído. Sus tapas, las del diario, eran incisivas, graciosas, desacartonadas. En su interior se podía encontrar la pluma de Tomás Eloy Martinez, de Osvaldo Soriano, de Juan Gelman, de Galeano, de Bayer. Sus investigaciones no dejaban títere con cabeza. Es más, todos mis amigos a los que les interesaba algo más lejano que el fútbol o las minas, leíamos Página. 

     
Y llegaron revistas, como XXI, algunos años más tarde, y allí aparecían los artículos de Adrián Paenza, quien había sido profesor mio de álgebra en Exactas unos años antes. Mientras tanto Página deschavaba los negociados del gobierno menemista de los 90. En medio de ese derroche de talento e investigación periodística, los diarios del establishment (Clarín y La Nación) se callaban la boca hasta que el peso de las evidencias era tal que no podían seguir ignorando lo que estaba en boca de todos. Recién allí publicaban una versión edulcorada de lo descubierto por Página 12. No era para menos; Clarín se había convertido en propietario de Canal 13 y La Nación compartía junto con Editorial Atlántida (Gente, Billiken, El Gráfico, etc) la propiedad de Canal 11, lo que hoy se llama Telefé bajo la gestión del gobierno objeto de investigación de Página. 

     
Para este entonces Lanata era una estrella. Escribía libros, tenía un diario, revistas y un programa de televisión. Casualmente en uno de sus libros, llamado Argentinos, Lanata recuerda un temita pequeño, del que en ese entonces no se hablaba. Transcribo textualmente sus propias palabras: "Recuérdese que la dictadura obligó a los herederos de David Graiver a desprenderse a precio vil de sus acciones en Papel Prensa, adquiridas entonces por Clarín, La Nación y La Razón". Lanata lo sabía y lo sabe, nos lo hacía recordar en una época en que todavía nadie, por lo menos públicamente hacía mención a la obtención por métodos poco claros de Papel Prensa por parte de ambos diarios. Sólo Crónica y Ámbito Financiero se quejaban de que la cuota de papel y los precios diferenciados del producto favorecían de modo desleal a los medios dueños de la fábrica de papel para diarios

      Si alguien quiere leer lo que Jorge decía por ese entonces, les brindo el link a su libro Argentinos Tomo 2: http://es.scribd.com/doc/22420/Jorge-Lanata-Argentinos-Tomo-2

     
En la edición del 23 de noviembre de 1996 de la revista Noticias un lampiño y ostensiblemente más delgado Lanata, manifestaba que nunca trabajaría en el diario Clarín. Hoy, esta noche mismo (escribo esto un domingo), podremos verlo como el periodista estrella del canal de TV de ese multimedio. Y no sólo eso. Todos los domingos en el día de mayor tirada del diario, quienes compran y leen Clarín, pueden leer sus columnas. 

        



      Jorge Lanata, frente a Ernesto Tenembaum en una entrevista, decía que en el tema de la ley de medios y servicios audiovisuales se ponía del lado del más débil (como cuando uno mira Tom y Jerry y quiere que gane el ratón) que a su modo de ver era Clarín. Mirá, son 2 minutos y algo, el video de lo que pensaba y decía el mismo Jorge Lanata cuando se debatía la ley en cuestión:https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=rrbnZ9aQkHU  


       Es obvio que ya no me cuenta entre sus oyentes, o lectores o televidentes. Si ahora defiende a Clarín frente a la ley de medios, quiere decir que me mintió antes. Si por dinero está diciendo lo contrario a lo que pensaba genuinamente, quiere decir que me miente ahora. Como nos pasaba con aquellas chicas que respondían a nuestras inquietudes callejeras, nunca más podremos estar seguros.

     
Uno de los libros más famosos de toda la literatura universal es la Divina Comedia. En él, Dante Alighieri nos invita a visitar el cielo, el purgatorio y finalmente el infierno. En este último distrito, los pecadores se acomodan de acuerdo con la gravedad de las transgresiones cometidas. En el punto central de esos círculos concéntricos se encuentra el despacho del mismísimo Lucifer y se presume que, a mayor gravedad del pecado, mayor cercanía a las oficinas gerenciales. Por fuera, apenas tibios, se encuentran los lujuriosos y los glotones (lo que me deja medianamente tranquilo, por ahora). Los avaros, los airados y los perezosos van un poco más adentro. Ya en zona de asado, van acomodándose los herejes y los asesinos. En el centro mismo del asunto se acomodan los traidores. El que peor la pasa es, entonces, el máximo traidor de la historia. El mismo Diablo le araña constantemente la espalda y lo muerde. Se trata de Judas, quien traicionó a Jesús según la Biblia. Según Dante, no hay peor pecado que la traición

      Este último párrafo no tiene nada que ver con el resto de la nota (quizá)

Que anden bien.










       





domingo, 9 de junio de 2013

Ni la de Medios, ni la Fertilización Asistida. Hoy le toca al 80/20

- Aquí le dejo, Wilfredo, los contratos que tiene que revisar hoy - el gerente dejó sobre el escritorio cuatro o cinco carpetas celestes de cartulina. Abrió muy grandes los ojos recorriendo con la vista la superficie del escritorio de su subordinado. - ¿Pero que es todo este quilombo de papeles, señor Pareto? ¿Por qué no hace un poco de orden? ¡Caramba!
- Vea señor gerente - explico Wilfredo - no tiene sentido mantener un orden perfecto si la mayoría del trabajo que tengo que desarrollar durante el día lo hago, casi en su totalidad, con los papeles que tengo en este momento sobre mi escritorio. Si los guardara y volviera a buscar a cada momento perdería mucho tiempo laboral. El aparente desorden que usted manifiesta, señor gerente - continuó con su explicación Wilfredo sin levantarse de su silla - es optimizar el tiempo productivo. Es la ley del 80/20, señor.

El gerente dio un par de pasos hacia la puerta de la oficina de Wilfredo Pareto. Antes de salir se detuvo sosteniendo su mano en el picaporte y dijo - Me importa un carajo. Acomode este despelote.

   
 De tan riguroso cumplimiento como la ley de oferta y demanda o la de Gravitación Universal, el mundo parece responder a una extraña ley empírica llamada "Ley del 80/20" o Principio de Pareto. Ocurre que al ser de carácter empírico (o sea, no proviene de una deducción de consecuencias a partir de causas sino de la observación de la realidad) el principio de Pareto no tiene un enunciado exacto ni único. De la ley de Gravitación Universal podemos decir que dos cuerpos se atraen en relación directa de sus masas e inversamente al cuadrado de las distancias que los separan y con eso basta. Con la ley del 80/20 las cosas se complican dado que puede aplicarse a una infinidad tal de aspectos de la vida que no hay un único enunciado que la represente cabalmente. A grosso modo, podría decirse que "el 80% de las consecuencias tiene que ver sólo con el 20% de las causas".  Sospecho que a esta altura no deben haber entendido nada. Vamos a ver si con ejemplos le encontramos la vuelta. Pasen por acá, por el pasillo al fondo, donde está la parra.

     
Uno tiene una numerosa cantidad de cacharros de cocina en general. Ollas, cacerolas y cacerolitas, sartenes con teflón, de hierro, infames planchas de lata chinas, peroles, cazuelas, boles, pinzas, trinchantes, vasijas, marmitas y un largo etcétera pero (y aquí viene el enunciado de la ley) el 80% de las comidas que uno prepara utilizan sólo el 20% de los implementos de cocina que uno tiene.

     
Otro ejemplo, y de un ámbito completamente distinto, para que se note lo ecuménico de la ley o principio de Pareto (ya vamos a hablar de él). El uso de energía eléctrica es una demostración del desarrollo que una sociedad ha alcanzado. Cuanto más tecnificada y desarrollada socialmente está una sociedad, más energía eléctrica consume. Sus habitantes miran la televisión y se calientan (o refrescan según la época del año) consumiendo corriente eléctrica. Tienen heladeras, celulares, equipos de audio e imagen, iluminación, microondas, máquinas de afeitar, secadores de pelo, computadoras y demás artefactos, todos eléctricos. Sus fábricas ensamblan, funden, pliegan, atornillan, sueldan y cortan enormes cantidades de materias primas consumiendo energía, mayormente eléctrica. Del otro lado de la escala, las sociedades menos favorecidas hacen escaso o nulo uso de este recurso energético. Dependen de su fuerza motriz o de las bestias para realizar algunos trabajos pesados y en algunas ocasiones no han pasado más allá del uso del fuego como método artificial de alcanzar algún grado de bienestar. Pues bien, y aquí es donde entra la Ley del 80/20 nuevamente. "El 80% de la energía generada es consumida sólo por el 20% de los países del mundo". Triste y desigual pero cierto. Lo mismo puede aplicarse a la cantidad de basura generada, que es otro indicador económico del desarrollo.

      Saltamos nuevamente de tema. En la mayoría de las empresas, en 80% de la facturación proviene del 20% de los clientes. Del mismo modo, de la totalidad de las horas laborales, durante el 20% del tiempo se desarrollan el 80% de la totalidad de las tareas. En diseño de software, el 80% de los errores son producidos por el 20% de las líneas de código. Por mucho que se esfuercen los dueños y departamentos de marketing de los grandes supermercados y shoppings, el 80% de los clientes sólo ven el 20% de la mercadería exhibida. En cualquier equipo de ventas, el 80% de los contactos efectivos los realizan el 20% de los vendedores. De la misma manera, en cualquier empresa el 80% del ausentismo lo provoca siempre el mismo 20% del personal.

      En casa, el 80% de las veces que encendemos la computadora es para utilizar solamente el 20% de los programas que ahí tenemos instalados. El 80% del tiempo que pasamos escuchando música, sólo utilizamos el 20% de los discos (o MP3 o el medio que sea) que tenemos almacenado. El 80% de las veces que nos vestimos (mayormente todos los días) utilizamos el 20% de la ropa disponible. El 80% del tiempo que uno invierte en limpiar la casa ocupa solo el 20% de la superficie de ésta.

     
Don Wilfredo Federico Damaso Pareto se paseó por Italia entre 1848 y 1923 (antes no había nacido aún y luego de esa fecha procedió a morirse) y fue en vida economista y sociólogo. En apariencia, su famoso principio, acuñado en 1909, tuvo su origen en la observación de que, para ese entonces, el 80% de las propiedades inmobiliarias de Italia estaban en manos del 20% de la población exclusivamente. No tardó mucho en extrapolar sus observaciones a varios aspectos de la vida social y económica y hoy es considerado como uno de los precursores de varias ideas económicas figurando con entradas en varias enciclopedias que tratan estos temas

     Mas allá del tono de sorna con el que nos lo hemos tomado, el principio de Pareto tiene realmente utilidad en el mundo de los negocios. Si el 80% de mis ingresos como empresa provienen del 20% de mis clientes, será cuestión que ese 20% esté lo más contento posible. Si de todas las horas de trabajo, logro identificar cual es el 20% en el que se desarrolla el 80% de mis tareas, será cuestión de sacarle el mayor provecho posible a ese lapso de tiempo.

     
Por último, se ha comprobado que del 80% del tiempo que pasa uno leyendo blogs solo obtiene un 20% de información útil. Y acá no estamos para refutar a don Wilfredo de ninguna manera.







Buen provecho.



      

domingo, 26 de mayo de 2013

En casa de herrero.... mediums y hadas

     
      Hace muchos años, tantos que hasta el teatro era en blanco y negro, las clases primarias terminaban con el último día hábil del mes de noviembre. En ese entonces me tocaba a mi concurrir a esa clase de establecimientos. Normalmente mi cumpleaños, 5 de diciembre, se festejaba fuera de el año lectivo. Aunque algunos no lo crean por ese entonces, finales de los 70´, los teléfonos escaseaban. Los que habían logrado que se lo instale Entel (la empresa estatal que se encargaba de las telecomunicaciones, por llamarlo de algún modo) eran verdaderos privilegiados y los carteles de inmobiliaria y avisos clasificados destacaban la existencia de línea telefónica en una vivienda como quien hoy remarcaría la presencia de un jacuzzi o un playroom, un verdadero lujo. Por lo tanto, comunicar la fecha y hora de mi fiesta onomástica era una proeza. Si uno entregaba la tarjetita de invitación durante el período de clases, mis compañeros lo olvidaban y luego era extremadamente difícil ponerse en contacto con ellos, entre otras cosas porque mi propia casa carecía de teléfono.

      Allá por mi primera década de vida comencé a desarrollar el gusto por la lectura y nada me gustaba más que me regalaran en mi cumpleaños libros o dinero, que pasados unos días a la espera de algún pariente remolón que cobrara más allá del 10 de mes, se convertía en material de lectura. Lanús contaba con una bonita librería y papelería comercial llamada Rawson, que hasta tenía propaganda en fílmico en los cines del barrio. En medio de su salón de ventas un display giratorio de alambres blancos exhibía los libros de la colección Billiken. Desde allí pasaron a mi incipiente biblioteca los piratas de La Isla del Tesoro, los asombrados navegantes del Nautilus de 20.000 leguas de viaje submarino, los intrépidos aventureros del Cañón Club en su viaje De la Tierra a la Luna y muchos más. Casa de cocina comedor grande, de baldosas de granito verde, esperaba yo que mi vieja terminara de pasar el trapo y con el piso aún fresco a pesar de los primeros calores de los últimos días de la primavera, me sentaba en el suelo a enterarme como seguía la travesía de Phileas Fogg al rededor del planeta y ver si llegaría a dar La Vuelta al mundo en los 80 días apostados

     Pero una vez compré un ejemplar de un libro de la colección Billiken (por alguna razón no congeniaba con los amarillentos libros de la Robin Hood) que tenía por protagonista a un personaje que yo conocía por ese entonces sólo de oídas. Sus aventuras, a diferencia de la totalidad de las otras que ocurrían en selvas, superficies o profundidades marinas, desiertos y hasta en espacio exterior, transcurrían en ambientes totalmente urbanos. Virtualmente no utilizaba armas. Excepcionalmente al final de cada episodio escogía salir con su revólver encima para asegurarse de que el final de la aventura tuviera el cierre pretendido pero me cuesta recordar que en alguna de ellas lo hubiese disparado. Su mayor capital era su intelecto, su inteligencia, el formidable uso que él hacía del método hipotético deductivo. El nombre del libro era: "Las Aventuras de Sherlock Holmes"

     
      Nunca antes me había cruzado con un personaje así. La inteligencia que ponía en juego en la resolución de cada uno de sus cuentos me encandilaba. Era capaz de deducir elementos importantísimos de datos ridículamente simples. Con un sombrero determinaba que quien lo había perdido era una persona de unos 40 años, gordo, que estaba pasando problemas económicos y que su mujer (la del dueño del sombrero) ya no lo quería como antes. Y pasadas unas horas, venía el dueño del sombrero de efectivamente esa edad, excedido de peso, comentando de su mala suerte en los negocios y que, para peor, su mujer le estaba pidiendo el divorcio (¿Como hizo? Al final de la nota lo cuento). Y para mejor, don Holmes hacía lo que se le cantaba, que para un pibe de 10 años es el reflejo de lo que quisiera ser cuando grande. Vivía solo (al principio alquilaban juntos una pieza con el Dr. Watson en el 221B de Baker Street, Londres) medio como que odiaba o desdeñaba a las mujeres, tenía su cuarto en completo desorden de papeles, diarios y libros, dormía en el horario que le daba la gana y cuando tenía hambre, le pedía a la dueña de la pensión algo de comer. Todo un ídolo para un pre adolescente.

       Ahora bien. Uno espera y en la mayoría de los casos confirma, que un artista se parece a su obra. Una persona capaz de crear una delicada filigrana, en algún punto debe ser un tipo delicado. Generalmente uno no imagina a un violinista de orquesta sinfónica o un bailarín clásico eructando como vikingo después de haberse comido medio jabalí a mordiscones. Se juzga, con cierta razón que el autor de un poema o el escritor de una novela debería tener, cuanto menos, un lenguaje hablado tan florido como el escrito. Luego de haber leído algunas de las historias de Sherlock Holmes uno está tentado de imaginar que su autor Arthur Conan Doyle era una persona intelectualmente brillante y no solo eso, un racionalista in extremis. Pues fíjense que no.

     
      El amigo Doyle nació en Edimburgo en 1859. Según se cuenta, su padre Charles, se tomaba hasta la humedad de las paredes, así que el bueno de Arthur dependió de la buena predisposición de sus tíos para comenzar sus estudios. Las cosas se le enderezaron un poco y logró entrar a sus 18 a estudiar medicina en la Universidad de Edimburgo. Cuando cursaba medicina forense conoció al Dr. Joseph Bell y le pasó a él lo mismo que me pasó a mi cuando conocí a Sherlock. Quedo deslumbrado. El Dr. Bell era capaz de sacar conclusiones sobre las condiciones de vida, profesiones, situaciones familiares y demás con sólo inspeccionar a un cadáver. Como Conan Doyle ya venía escribiendo algunos relatos mientras estudiaba (de hecho antes de cumplir sus 20 ya publicaba en un diario de Edimburgo sus narraciones) adaptó las cualidades de Bell e inventó a su famoso detective. Se sabe que el Dr. Bell, ya siendo Sherlock famoso, exhibía cierto orgullo de ser el modelo que Conan Doyle había usado. Una vez recibido marchó hacia el África con intenciones de terminar su doctorado. Esa condición, la de haber vivido en las colonias británicas en África, es compartida con otro de sus personajes, fundamental en esta historia, tal como lo es el Dr. Watson, quien en la ficción conoce a Sherlock a su retorno desde el África y es quien nos relata las aventuras del detective. A pesar de vivir la mayoría de sus aventuras juntos, en ninguna novela ni cuento de Sherlock Holmes se pronuncia la frase: "Elemental, Watson"

      Sus historias están publicadas en 9 libros. Algunos son cuentos, aventuras relativamente cortas, y otros son novelas. Sin ningún tipo de dudas Arthur Conan Doyle (quien recibió el título de Sir en 1914) ha creado el arquetipo del detective, un monumento a la razón, el non plus ultra del método deductivo. Pero a título personal.....

   
      Uno de sus hijos, de nombre Kingsley murió de neumonía al volver de la I Guerra Mundial. Lo que no pudieron las balas lo logró un neumococo. La desesperación del Dr. Conan Doyle por haber perdido un hijo  (justificada por cierto) lo llevó a acercarse a la doctrina espiritista de Allan Kardec. Llegó a ser presidente de la Sociedad Espiritista Británica y hasta escribió algún libro al respecto. Contemporáneo del mago e ilusionista Harry Houdini sostuvo con el enconadas polémicas dado que el norteamericano tenía por costumbre desenmascarar falsos mediums (todos, virtualmente) y sostenía que Conan Doyle se dejaba embaucar con llamativa facilidad. Justo él, el adalid del razonamiento.

      Si su adscripción al espiritismo podría llegar a tener la atendible excusa de la pérdida de un hijo, lo que le vamos a contar a continuación no cuenta con ningún tipo de aliciente. En 1917, dos niñas de 10 y 17 años  llamadas Elsie Wright y Frances Griffiths aparecieron con 5 fotos donde podía vérselas en compañía de.....hadas. A pesar de que las chicas contaban la historia de las fotos contradiciéndose continuamente, a pesar de que resultó imposible ver las mencionadas hadas de otro modo que no fuera en las fotografías. A pesar de que las mismas hadas se parecían mucho a las ilustraciones aparecidas en una revista hacía poco tiempo, Sir Arthur Conan Doyle suscribió fervorosamente a la existencia de tales entidades. El fenómeno (mejor aún, el fraude) recibió el nombre de las Hadas de Cottingley y para hacerla sencilla en 1981 las niñas (ya viejas) reconocieron que todo era una farsa como todos los seres racionales sospechaban, excepción hecha de Arthur Conan Doyle.

      El tipo que había creado al personaje que mejor había hecho uso de la razón en toda la historia de la literatura, era irracionalmente arrastrado a la burla del resto de la prensa y engañado cándidamente por dos niñas de corta edad. Conan Doyle murió a los 71 años el 7 de julio de 1930 creyendo aún que las hadas fotografiadas eran reales. Me cuesta imaginar a otro artista tan alejado del espíritu de su obra

Espero que los haya entretenido la historia, buenas tardes.


(Lo prometido es deuda: Sherlock encuentra un sombrero y examinándolo le presenta esas deducciones, las del 4º párrafo a Watson. Dice que tiene unos 40 años puesto que dentro del sombrero hay pelos de su dueño. Algunos canos y otros negros. Si fueran todos negros sería más joven. Si en cambio fueran todos blancos sería más viejo. Por la proporción entre canas y pelos negros llega a concluir unos 40 años aproximados. La cinta interna del sombrero está marcada de sudor, como es invierno y no hace calor, Holmes deduce que el dueño debe transpirar de puro gordo. Para ese entonces Londres contaba con iluminación por faroles a gas, aún no había aparecido la luz eléctrica. Al ver en el sombrero manchas de vela, Sherlock concluye que la situación económica del dueño no le permite costear la instalación del nuevo sistema de iluminación. Por último el sombrero tiene una correa cosida por debajo para ajustarlo al mentón en los días de viento pero a su vez luce una ligera capa de polvo. De allí Sherlock colige que en su momento la esposa del dueño del sombrero le cosió la cinta afectuosamente pero que en la actualidad no se tomaba el trabajo de cepillárselo intuyendo que le había perdido el cariño)


         


domingo, 19 de mayo de 2013

El ex General Jorge Rafael Videla, ha muerto

Ha muerto el Ex General Jorge Rafael Videla. Su deceso se produjo a las 08:25 del día 17 de mayo de 2013 en su celda del Penal de Marcos Paz donde cumplía su pena de Reclusión Perpetua por delitos de Lesa Humanidad.

     
Afortunadamente, a cualquier lector menor de 30 años solo le queda imaginar hasta donde llegaban los tentáculos del gobierno de este ser humano (por llamarlo de algún modo) que acaba de fallecer. Intentaré entonces darles una mano para que siquiera comiencen a sospechar de que se trataba la cosa sin hacer mención, en la medida de lo posible, a nada que tenga que ver con los delitos por los cuales acabó con sus días merecidamente tras las rejas.  



Ha muerto el Ex General Jorge Rafael Videla. El hecho ocurrió a la prolongada y longeva edad de 87 años cuando la naturaleza y la biología así lo determinaron sin que haya sufrido apremios ilegales de ningún tipo. En una celda/habitación confortable y limpia tal como indica el artículo 18 de nuestra Constitución Nacional.

       Cualquiera de nosotros está en condiciones hoy de concurrir a cualquier kiosco de diarios o librería y comprar el libro, diario o revista que se nos antoje. Afortunadamente este comportamiento hoy no llama la atención de nadie. Sin embargo durante el período 76-83 en nuestro país las publicaciones sufrían de censura previa. Y no solo eso. Si alguien era encontrado con algún ejemplar de alguna publicación que había sido prohibida, se convertía en un delincuente con las consecuencias que podrán imaginar. Por supuesto que toda la literatura política estaba prohibida (desde El Capital de Marx para abajo) pero también cayeron en la volteada cientos de libros de literatura de cualquier género.

     
Desde la novela "Gracias por el fuego" de Mario Benedetti pasando por "La tía Julia y el escribidor" de Mario Vargas Llosa (un amor tangencialmente incestuoso pudiera ser la causa visible, pero la presencia de un personaje que odia abiertamente a los argentinos en la novela debería ser demasiado para los celosos ojos castrenses). Que estaba prohibido exhibir, vender y aún leer "Las venas abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano, casi se cae de maduro. Tampoco era posible encontrar en nuestras librerías ejemplares con los poemas de Pablo Neruda (declarado comunista, autor de la subversiva "Oda al Caldillo de Congrio"). El derecho de huelga estuvo, digamos, un poco suspendido por esos años. Por lo tanto que se hubiese declarado un cese de actividades en un circo era realmente inquietante. Aunque ocurriera en un cuento. Aunque el cabecilla huelguista de llamara Víctor y fuera un elefante. Esa fue la razón por la que durante esos años estuvo prohibido el libro infantil  "Un Elefante ocupa mucho espacio" de Elsa Bornemann. Afortunadamente se conserva el texto del decreto que lo prohibía (3155/77) que en sus fundamentos dice: " Se encuentran cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo".

     
El autoritarismo es un primo carnal de la estupidez. Queda este hecho cabalmente demostrado con la prohibición de cierto libro técnico. El funcionamiento de la batería de un automóvil o el de una pila puede esquematizarse mediante el uso de un dispositivo en el cual se ven los electrodos, se comprueba el paso de la corriente y se puede escoger el mejor vehículo para que los iones viajen de un polo a otro. Este aparato se llama "Cuba electrolítica". Un libro llamado así: "La Cuba Electrolítica" fue sacado de circulación debido a la manifiesta mención del enclave comunista de la isla del caribe. Electrolítica o no, Cuba no podía ser mencionada de ningún modo.

Ha muerto el ex General Jorge Rafael Videla. Cumplidos los trámites de rigor sus familiares dispondrán de sus restos para velarlo, enterrarlo, cremarlo, embalsamarlo, repartirlo entre sus deudos o momificarlo. Beneficio con el que no contaron ninguno de los familiares de sus víctimas.

      En 1973, por primera vez una película argentina llega a competir por el Oscar. Se trataba de "La Tregua". Luego de eso hubo que esperar hasta 1985 para que otra, "La Historia Oficial" no solo fuera nominada sino que lo ganara por primera vez. ¿Que pasó en el medio? Adivinaron. Jorgito y sus amigotes.

     
Durante la noche del gobierno militar se prohibieron más de 200 películas extranjeras. Las nacionales no hacía falta prohibirlas, si te pescaban filmando sin permiso, fuiste. Así no fue posible ver, sólo a modo de ejemplo, ni "Missing", ni "La Jaula de las Locas",ni "Norma Rae", ni "Feos, Sucios y Malos", ni "Solos en la Madrugada". En cambio, si pudimos disfrutar de "Dos locos en el Aire", "Comandos azules en Acción", todas las de "Los Superagentes", la impresentable "La Fiesta de Todos" que celebra en formato cine la obtención del Campeonato Mundial de Fútbol del 78. Extrañamente (les estoy guiñando un ojo, por si no lo notaron) toda la filmografía de Ramón "Palito" Ortega como director de desarrolla durante esa época. Nunca antes del 76 había dirigido y afortunadamente nunca después del 83 ha reincidido.

Ha muerto el ex General Jorge Rafael Videla. Con justo derecho, sus nietos e hijos, sabrán en que solar y bajo que placa depositar una flor en su memoria. Miles de hijos y cientos de nietos de sus víctimas nunca tendrán la oportunidad de hacer nada parecido.

     

En lo económico, el ministro designado por el gobierno del Dictador recientemente fenecido fue José Alfredo Martinez de Hoz. Lo primero que hizo este buen hombre fue congelar los salarios. De paritarias o cosa por el estilo, ni hablar dado que, ya que estaban, habían intervenido la CGT y toda actividad sindical estaba prohibida. Entre 1976 y 1980 el salario real de los trabajadores cayó un 40%. Llovía la guita desde el exterior en forma de créditos. El Fondo Monetario Internacional casi que nos regalaba la guita. Las empresas (las mismas empresas de hoy) tomaban crédito en el exterior a tasas muy bajas. ¿Invertían acaso en maquinarias o mejoramientos de infraestructura nacional? No m´hijito, de ninguna manera. Debido a la altísima inflación (solo en 1978 fue del 160%) los bancos locales pagaban una suculenta tasa de interés (de al rededor del 135% anual). La mecánica era fácil: Yo, en nombre de Sandunga S.A. tomo crédito en un banco del exterior a una tasa razonable. Deposito ese dinero en un banco local a una tasa exorbitante. Cobro los intereses del banco de acá, pago el crédito del banco de allá y me quedo con la diferencia. ¿Que fabricaba Sandunga S.A.? Nada obviamente. Este mecanismo se dio en llamar "Bicicleta Financiera"

      Si no le doy de comer a la vaca, en poco tiempo no voy a poder seguir ordeñándola. Y eso ocurrió en 1980. En ese año 37 bancos se fueron al demonio. Para poder "arreglar" un poco el desastre no tuvieron mejor idea que, en un solo mes, devaluar nuestra moneda un 35% con respecto al dólar con la consecuente caida del salario real del trabajador.


     
     
Se le quitaron las retenciones al agro (con los consabidos aplausos de la Sociedad Rural, que nunca dudo en manifestar su entusiasmo ante cada uno de los gobernantes que vistieron uniforme, pero que se hicieron los quisquillosos cuando el presidente vestía traje) y abrieron la importación sin ningún tipo de restricción. ¿Acaso las fábricas de topoletas aprovecharon para comprar una entopoletadora más rápida y eficiente? De ninguna manera m´hijito. Directamente importamos topoletas taiwanesas que valen la mitad y despedimos a todos los operarios de la linea de entopolización. ¿Imaginaron las consecuencias? Solamente la quiebra del grupo Sasetru (originalmente dedicada a la fabricación de comestibles) como consecuencia de una deuda de mas de 1.200 millones de dólares arrastró a otras 140 empresas más a su desaparición. Y con ella a la desocupación de miles de operarios. ¿Manifestaciones populares de descontento? ¿Cortes de ruta? ¿Cacerolazos? Ni pensarlo. El palito de abollar ideologías (gracias Quino) funcionaba en su mejor momento.


      No quiero dejar de mencionar, a pesar de no haber sido funcionario directamente de su gobierno sino de una etapa posterior del llamado Proceso de Reorganización Nacional a nuestro bien conocido Domingo Cavallo. Como titular del Banco Central dispuso la estatización de la deuda privada. Es decir, las empresas se habían metido en la bicicleta financiera hasta la pera, tenían endeudados hasta los calzones y ¿adivinen quien terminó pagando los costos del fraude? El Estado Nacional, o sea nosotros.

      ¿Hubiese sido posible llevar adelante tantos años de saqueo y maniobras fraudulentas sin una conducción política como la del recientemente occiso? ¿El comportamiento sangriento, criminal y brutal de las fuerzas de "Seguridad" de ese entonces respondía sólo a convicciones ideológicas? ¿Para poder hacer semejante estafa a los bienes del estado y bolsillos de los habitantes era indispensable sembrar el terror y la muerte? ¿Los tipos de traje, ocultos detrás de los tipos de uniforme, no son siempre los mismos antes que ahora, con más canas y más arrugas? 

Ha muerto el ex General Jorge Rafael Videla. No ha pasado por su cuerpo ninguna descarga de corriente eléctrica, nadie lo ha violado ni robado a sus nietos. Murió en su celda y no cayendo desde un avión sobrevolando el Río de la Plata.

     
 Finalmente, hoy, Internet mediante (Ares mediante) se puede bajar, copiar y escuchar el tema musical que se les cante el occipucio. 30 años atrás debía uno manejarse con más cuidado. Recién aparecía el cassette, medio por el cual podía uno gestionarse la grabación de la música que uno quisiera, siempre y cuando contara con un original desde el cual copiar. Éste original era invariablemente un disco. Grandes como una tapa de tarta, traían como mucho 12 temas. Con cierta habilidad, y un par de cables uno podía convertirse en su propio DJ. Pero, estos muchachos, caprichosos, también se habían metido con la música. Por ejemplo, las disquerías no vendían obras de Mercedes Sosa ni de Victor Heredia. Tampoco podían conseguirse los temas Cocaine de Clapton, Viernes 3 AM de Serú Girán (por apología del suicidio. Personalmente lo he escuchado cientos de veces y hasta el momento han fracasado en su supuesta incitación, como pueden comprobar). Cierto tema del insospechado Charles Aznavour de nombre "Camarada" (¿Comunista?) también figuraba en las listas de temas prohibidos, no solo en cuanto a su venta sino también con respecto a su difusión en radios. ¿"The Wall" de Pink Floyd? Ni hablar. También prohibido.

     
Aún recuerdo cuando cerca del 83 me llegó por parte de un amigo un cassette con ciertos temas pésimamente grabados. Eran de Piero y de Pedro y Pablo, todos prohibidos. Uno de ellos era "Para el pueblo lo que es del pueblo" del primero y el otro "Marcha de la bronca" de los segundos. Los escuchaba bajito, en un Ranser monoaural con una mezcla de admiración y miedo. Miedo que afortunadamente no deberán nunca sentir todos aquellos lectores que hace 30 años disfrutan de una democracia que costó tanto esfuerzo y sufrimiento conseguir

Ha muerto el ex General Jorge Rafael Videla. Su deceso ocurrió en prisión. Fue condenado a reclusión perpetua en un juicio que contó con abogados defensores, fiscales, jueces, testigos y peritos. Condiciones de las que no gozaron ninguna de sus victimas ya sean tanto culpables como inocentes. Una demostración de que la democracia no buscó contra él venganza sino justicia.

Nunca más.
Buenas tardes